«Tuve que pagar plusvalía, y a la Comunidad, un recargo de actos jurídicos perdiéndolo todo»

La vida de Antonio se torció en el 2011: «Primero, mi jefe comenzó a pagarme tarde; luego medias nóminas...». «En octubre -continúa su relato- tuve un problema de corazón y me operaron; en diciembre, sin apenas posibilidad de negociar, el banco había ejecutado la hipoteca». Antonio vivía en Avenida de la Paz. Pagaba casi mil euros de crédito al mes (970) y el banco no aceptó la dación en pago: «Me queda una deuda de 27.000 euros que ahora, me dicen, debo a una financiera, ni tan siquiera al banco».

La empresa en la que trabajaba acabó cerrando y le dejaron seis meses de salarios sin pagar; el Fogasa le pagará tres, pero mientras la empresa estuvo abierta tampoco pudo cobrar el paro y el banco no esperó: «Me llegó la plusvalía municipal, 560 euros que tuve que pagar pese a no tener ingresos y también la Comunidad me mandó una liquidación complementaria del impuesto de transmisiones al argumentar que la vivienda, que el banco tasó inicialmente en 220.000 euros, valía más (225.700 euros)». «Te vuelves loco de rabia e impotencia -argumenta Antonio-; mi vivienda no valía ni 225.700 euros ni 220.000 porque el banco se la quedó por mucho menos; pero tuvimos que pagar, tanto el Ayuntamiento como a la Comunidad, cómo si hubiéramos hecho un negocio».

Antonio fue desahuciado en el 2011 con lo que, si la decisión de Logroño no es retroactiva, no recuperará la plusvalía: «¿Importante? Te puedes imaginar lo que para mi familia suponen 560 euros», dice.