«Perdí la casa, pagué 560 euros por plusvalía y debo al banco 85.000 euros»

Heriberto ha sido 'condenado' de por vida a trabajar en la economía sumergida. Compró su vivienda en el 2005 y perdió el empleo (trabajaba en la construcción hasta el 2010): «Pagué mi hipoteca hasta el 2012, mientras tuve paro, pero luego fue imposible». Heriberto compró su casa por 168.000 euros con una hipoteca mensual de 770 euros: «Le ofrecía al banco 300 euros mensuales para mantener la vivienda, pero no aceptó», recuerda. Hoy vive con los 426 euros de la renta activa de inserción y con un 'pufo' de 85.000 euros con el banco: «Supongo que no podré pagarlos nunca», asume con resignación porque es consciente de que cualquier ingreso 'extra' en blanco será embargado.

Un mes después de perderlo todo le llegó la notificación del Ayuntamiento: «560 euros de plusvalía», recuerda. «Uff!, una deuda más, piensas, pero tienes que pagarla y lo hice dividiéndolo en diez cuotas mensuales». Heriberto apunta que ese dinero «es vital para nuestra familia, para subsistir, pero la tienes que pagar y resignarte». «¿De dónde salen las valoraciones de las viviendas?, se pregunta; «yo no sabía nada de la plusvalía, pero mi casa salió a subasta por un 50 o un 60% de su valor, mucho menos de lo que yo había pagado y aun así me ha quedado una deuda de 85.000 euros después de perderlo todo». «Desde luego es un impuesto extraordinariamente injusto para gente que, como nosotros, ha sido desahuciada», concluye.