Una de cada cuatro terrazas ha sido expedientada

Más de un centenar de establecimientos hosteleros han sido expedientados por infracciones de la ordenanza reguladora de la instalación de quioscos y terrazas de veladores de Logroño desde el 2011, año en el que entraba en vigor la ley antitabaco y comenzaron a proliferar los cerramientos de las mismas obligando a una modificación en la normativa municipal que, pese a flexibilizarse, sigue sin convencer a casi nadie y desde entonces se está saldando con decenas de incumplimientos y sanciones.

Según los datos facilitados por el PSOE, en lo que va de año el Ayuntamiento de Logroño ha dictado 151 resoluciones de Alcaldía relativas a expedientes sancionadores por no ajustarse a la conocida como ordenanza de terrazas, si bien 114 de las mismas corresponden a infracciones detectadas entre el 2011 y el 2012, incluso dos ellas abiertas en el 2010, hasta ahora sin resolución.

Tales cifras, teniendo en cuenta que la capital cuenta en la actualidad con un total de 400 terrazas, dan como resultado que una de cada cuatro hayan sido expedientadas por uno u otro motivo -que no quiere decir que tras los requerimientos hayan acabado en sanción-, lo que a juicio de la oposición y no pocos hosteleros deja bien a las claras que hay un serio problema con la aplicación de la ordenanza.

Las estadísticas, oficiales tal y como confirmaba el PP, registran 28 expedientes incoados en el 2013, concretamente hasta el pasado 8 de agosto, que se elevarían hasta los 31 a 15 de agosto según la Concejalía de Movilidad, competente en la materia. La casuística, según el edil del ramo, Ángel Sáinz Yangüela, es variada, pero mayoritariamente obedecería a la ocupación del dominio público sin la correspondiente licencia y la apertura de expedientes vendría motivada por la denuncia inicial de particulares, ya sean vecinos u otros hosteleros de la competencia.

El PSOE, desde donde se denuncia una campaña en toda regla, pone de manifiesto el notable malestar de un sector que, pulsado por Diario LA RIOJA, ha venido a confirmar tal sensación. «No se incumple porque sí, sino porque la propia normativa está abierta a interpretaciones, lo que para unos vale para otros no sirve, y ya va siendo hora de que se le dé una vuelta. Hay ocasiones en que los propios criterios técnicos resultan imposibles de cumplir pues, en mi caso, y sólo por poner un ejemplo, me piden que los setos, que están permitidos, ¡sean transparentes!», comentan desde uno de los establecimientos sancionados en varias ocasiones aludiendo a la «presión» a la que están siendo sometidos.

El PP, que no lo ve así, entiende que, lejos de ser un problema generalizado entre el sector pese a los datos, «lo tiene el hostelero que incumple», si bien a partir de septiembre se muestra dispuesto a sentarse a la mesa y revisar una ordenanza -que lo cierto es que no para de modificarse en las últimas legislaturas- siempre que se haga «con al menos el mismo consenso que el logrado en ocasiones anteriores». «No hay ningún ánimo persecutorio, las ordenanzas municipales están para cumplirlas y el Ayuntamiento debe velar por ello... Si hay expedientes es que hay incumplimientos, aunque lo cierto es que si no hay graves problemas no se actúa», explica Sáinz Yangüela, quien asegura que en general el grado de flexibilidad y, por qué no decirlo, la «manga ancha» con las terrazas, es alto.

Sanciones de entre 300 y 400 euros y hasta los 950 han sido habituales por motivos como la no tenencia de la correspondiente licencia para su instalación o la colocación de elementos o no autorizados por la ordenanza o que chocan con normativas tales como la de accesibilidad. «Ha habido sanciones incluso por tener una alfombra», comentan fuentes del sector, especialmente sensible después de que trascienda que mientras a algunos se les hace la 'vista gorda' a otros se le aplican las reglas con rigurosidad un tanto arbitrariamente.

Desde el PSOE se insiste en que tanto en el Gobierno como en la oposición han ido proponiendo buscar soluciones más flexibles, sobre todo en lo que tiene que ver con el cerramiento de las terrazas, que es una de las cuestiones que más problemas suscita, «y sin embargo se ha optado por la sanción y por recaudar».