La ocupación tendrá que esperar

La ocupación de las once fincas afectadas por el proyecto de expropiación para la construcción de dos glorietas en Gustavo Adolfo Bécquer con Lope de Vega, a ambos lados de la circunvalación, se hizo efectiva el miércoles de la semana pasada a excepción de las dos habitadas junto a la vía de servicio, una como residencia habitual y otra de fin de semana, cuyos propietarios expropiados no permitieron el acceso al personal del Ayuntamiento.

Tal y como ya había adelantado Diario LA RIOJA, las familias Echavarría Macua y Casero Armas, de Lope de Vega 34 y 36, respectivamente, informaron tras el vallado a funcionarios municipales -de Urbanismo, de Asistencia Jurídica a los Servicios Técnicos, de Medio Ambiente y Policía Local- de que acogiéndose al artículo 18.2 de la Constitución «el domicilio es inviolable y, por tanto, ninguna entrada o registro podrá hacerse en él sin consentimiento del titular o resolución judicial».

Los técnicos, en cualquier caso y pese a no poder levantar acta de entrega de los terrenos, sí que procedieron a delimitar una zona perimetral en torno a los 4.800 metros cuadrados ocupados y cuya disponibilidad es obligada antes de adjudicar las obras de ambas rotondas. Desde el Ayuntamiento, según confirmó ese día el concejal de Desarrollo Urbano, Pedro Sáez Rojo, se ha solicitado una autorización judicial para acceder a ambas fincas y continuar así con el proyecto.

Las fincas a las que se les ha negado la entrada han sido una de recreo de más de mil metros cuadrados -con un «merendero», que no «vivienda», según palabras de Sáez Rojo- que alberga un jardín con el que probablemente sea el único ejemplar de macasar japonés en La Rioja, traído a Logroño desde Sevilla tras la Exposición Iberoamericana del 1929; y otra de otros tantos metros cuadrados del que se ocupan 500 dejando exenta, de momento, una casa de madera, domicilio habitual desde que en el 2000 a sus inquilinos le derribasen un chalé por otra expropiación.

Ilegalidades

Rojo explicó que ya entonces con los Casero Armas se firmó un realojo en un piso de Cascajos como compensación autorizándoles además a mantener una «caseta de aperos de labranza» en lo que quedaba de terreno a fin de proseguir con su actividad de jardinería y decoración. «Lo cierto es que, a día de hoy, hay una casa que nada tiene que ver con lo permitido, se trata de una construcción no autorizada y que no puede estar ahí, por lo que en ese sentido se le requerirá una vez finalizadas las obras», puntualizó el concejal.

Una ilegalidad a la que apelan precisamente los Echevarría Macua respecto a la glorieta, al entender que con la misma el Ayuntamiento actúa urbanísticamente en una zona sin delimitar ni definir en el PGM y, por tanto, fuera de ordenación. Por ello, han solicitado en los juzgados de lo contencioso-administrativo unas medidas cautelares contra el proyecto constructivo basándose, además, en la ausencia de comunicación del proyecto en sí y en la necesidad de un plan de protección del arbolado.

Sáez Rojo entiende que el Ayuntamiento ha actuado en todo momento correctamente y según el criterio de los servicios técnicos y jurídicos, «como siempre», y dice que «no tiene vuelta de hoja». «Aunque formalmente ya somos propietarios, no tenemos disponibilidad de los terrenos», aclara tras lo sucedido. Respecto al arbolado, el edil aclaró que se estudiará y que probablemente se trasplante en el Parque de Jardinería pensando en su reubicación dentro de la futura glorieta.