Atractivos y precauciones de la berrea en La Rioja

La berrea es un espectáculo natural y cada vez más un atractivo turístico en zonas de montaña como las sierras de la Demanda y Cebollera, aunque la masificación que se vive en determinados momentos y lugares provoca no solo que pierda encanto, también que el hombre intervenga demasiado en un espacio que es, sobre todo, de la fauna salvaje.

«Si no se tiene idea, es mejor acudir con alguien que conozca el lugar, ya sea un guía profesional o un cazador, que muchos controlan. Sobre todo hay que mantener una distancia prudencial, con unos prismáticos o un telescopio podemos verlos bien a 300 metros, aunque lo más bonito es escucharlos, por ejemplo, en un barranco, que resulta impresionante», explica Juan José Arguisjuela, guía de naturaleza de Silvestres Ezcaray que organiza salidas para contemplar la berrea para grupos pequeños.

A la normativa habitual de circular despacio por pistas forestales, solo en horario diurno y no hacer ruido, Arguisjuela añade la recomendación de ser paciente. «Hay que esperar, estar quieto y no hacer ruido. Así, los ciervos acaban saliendo del bosque», advierte el guía. No es necesario invadir el espacio de los ciervos, basta con elegir un buen lugar con una vista panorámica ya sea al amanecer o al atardecer, que es cuando la fauna, en general, empieza a moverse, precisamente para evitar al hombre.

El ciervo que berrea en La Rioja es el rojo, que fue introducido en la década de los 70 por el Icona, después de que la caza casi lo hubiera extinguido. Ahora, por el contrario, y hasta la irrupción del lobo, no había encontrado más depredador que el hombre. El entorno de Valdezcaray o picos de fácil acceso por pistas como Mojón Alto en Villoslada son buenos 'miradores' de la berrea, si bien el propio berrido de los cérvidos nos puede guiar en su búsqueda.

Jesús Malumbres, periodista y educador ambiental residente en Villoslada, buen conocedor del Parque Natural Sierra de Cebollera, reconoce que es un recurso natural y turístico cada vez más conocido y muchas veces unido, por ejemplo, a la recolecta de setas. «Hay que ser lo más respetuoso posible porque somos intrusos, y cuanto menor sea nuestro impacto en el medio, mejor», recomienda Malumbres.