Reyes Magos

LA PLAZUELA PERDIDA ·

Queridos Reyes Magos: Como este año ha sido un poco raro y apenas he salido de casa, no podría decir si me he portado bien ... o mal, sencillamente no me he portado, así que seguramente no estaré en la lista de los buenos, pero tampoco en la de los malos, por lo que es bastante probable que no me llegue ningún regalo y se queden en el limbo de los sin comportamiento. Por ello, pienso que, en vez de pedir lo que quiero, voy a solicitar a vuestras majestades que no traigan todo aquello que no quiero.

Publicidad

En primer lugar, pido a Melchor, que parece un rey nórdico, rubio y blanquísimo, aunque venga de oriente, que no traiga más trabajo a los sanitarios ni más muertos inesperados, por culpa del COVID; tampoco tiene que regalar botellones ni fiestas privadas ni reuniones multitudinarias, hasta que haya pasado el mal sueño en el que estamos inmersos, a ver si en este nuevo año podemos rememorar el tiempo en que éramos felices, aunque no lo supiéramos.

En segundo lugar, quiero que Gaspar, que parece, entre pelirrojo y moreno, al estilo de la imagen fílmica del normando Juan sin Tierra, aunque también llegue de oriente, no nos obsequie con más políticos de los que son incapaces de ponerse de acuerdo, se pasan las sesiones parlamentarias tirándose los trastos a la cabeza, delegan en otros sus responsabilidades o hacen propaganda de sus logros, aunque no sean tales; en realidad, bastaría con que no trajese más políticos ni asesores ni altos cargos de libre disposición, pues ya tenemos muchos y si, ni siquiera en una situación como la actual son capaces de unir sus fuerzas por el bien común, es que sobran casi todos. Tampoco ha de traernos ciudadanos sin espíritu crítico, de los que alaban todo lo que hacen los que consideran suyos y denuestan todo lo que dicen o proponen los supuestos adversarios.

Finalmente pido a Baltasar, probablemente negro africano –ya sé que algunos dicen que «negro» es una palabra racista, sin caer en la cuenta de que, por muchos eufemismos que se utilicen, el color es neutro–, que no traiga tristeza, desconsuelo, egoísmo, racismo del de verdad, hipocresía, insolidaridad...; que no regale más personas necesitadas ni usuarios de comedores sociales y albergues ni más exclusión social. Tampoco ha de conceder afán por el acopio, por recibir en vez de dar, o por buscar la felicidad en lo material.

Publicidad

En fin, majestades, ya saben qué es lo que no quiero para el año que empieza, pero me atrevería a pedirles una sola cosa para este año 2021, tras el pésimo 2020 de infausto recuerdo, que hago extensiva a todos los lectores; eso sí, por lo que se ve, es bastante difícil de conseguir, aunque no debería de serlo: un poco de paz y unas gotas de felicidad. Feliz Año Nuevo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad