Ciudadano Sanz

CHUCHERÍAS Y QUINCALLA ·

Teri Sáenz

Logroño

Domingo, 5 de junio 2022, 02:00

El nombramiento de Pedro Sanz como Riojano Ilustre ha dejado a mucha de la militancia socialista entre estupefacta y directamente indignada. Más de un afiliado ... tuvo que releer la noticia para dar crédito a la decisión del Gobierno que comanda Concha Andreu, cuyas justificaciones en clave institucional reconociendo los méritos del expresidente en los 40 años del Estatuto de Autonomía solo han convencido a los más fieles. El resto se pregunta qué necesidad había de ensalzarle por más redondo que sea el aniversario. Por qué no esperar a los 45 o los 50 años. O no hacerlo nunca, si no es obligatoria la concesión. Más aún cuando su sucesor en el Palacete, el también popular José Ignacio Ceniceros, no puede recibirlo por estar en activo pese a ser también coprotagonista y la entrega en tándem todavía hubiera sido menos indigesta. No solo las bases socialistas se echan las manos a la cabeza. Veteranos dirigentes que confrontaron con el de Igea también cuestionan la oportunidad de un premio que bendice a una figura que representa un modo de hacer omnímodo, una época monocolor, hasta un sentimiento que el PSOE ha sufrido y combatido (políticamente hablando) durante décadas. La ristra de agravios de quienes estuvieron al otro lado de las mayorías absolutas que coleccionó el líder supremo del PP riojano es enorme. De hecho, una parte del triunfo socialista en 2019 se sustentó en prometer un cambio total de paradigma, cargando a la vez contra todo lo que Sanz ha significado para parte de la sociedad riojana. Una labor de zapa que tuvo la comisión de investigación parlamentaria sobre el chalé de Villamediana como andamio sobre el que levantar todo un relato electoral contra el PP. Que Pedro Sanz vaya a compartir estrado y solemnidad con dos premiados tan antagónicos a lo que representa para la izquierda pura como Carmen Chover y La Barranca agudiza aún más el chirrido por un reconocimiento que muchos siguen sin saber cómo encajar. ¿Cortesía, reconciliación, sentido de comunidad o, simplemente, torpeza?

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