Tres militares estadounidenses han declarado bajo juramento en el Capitolio que los ovnis existen y que son frecuentes. Ocurre que ya no son ovnis, porque ... la NASA hace años quiso sacudirse la caspa conspiranoica y cambió el término para adoptar un mayor rigor científico, así que ahora se llaman 'Fenómenos Anómalos No Identificados', FANI, que en español trae ecos muy castizos como de muchacha de barriada periférica con grandes sueños sobre su futuro. Como es natural la noticia se ha producido en verano que es cuando germinan estas maravillas como los lirios silvestres que florecen cada agosto junto al secarral. De estos pintorescos titulares estivales sigue siendo insuperable el que publicó en julio de 2011 El Norte de Castilla: «Una mujer sufre un mareo en su domicilio»; frente a esa revelación no hay invasión alienígena que valga.
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El caso es que los asuntos de ovnis (yo los seguiré llamando así) fascinan mucho a la audiencia y lo vimos hace un año cuando unas luces en el cielo de Agoncillo sobresaltaron al pueblo y la noticia que escribió Diego Marín fue durante días la más leída en larioja.com. «Mi hijo estaba paseando al perro cuando vio unas luces como rojas en dirección Logroño-Zaragoza, hasta que desapareció. La estela, en vez de detrás, la llevaba delante», relató un vecino. Luego supimos que se trataba de un satélite pero lo importante es que por un rato volvimos a mirar al firmamento y nos hicimos las viejas preguntas de siempre.
De todas las historias sobre ovnis regionales a mí me gusta mucho otra que recuerda a los cuentos humorísticos sobre platillos volantes que escribió Woody Allen en su libro 'Perfiles' y que publicó este periódico en junio de 1972: el ovni que entró por la ventana de un escolapio. Ocurrió a las 2 de la mañana mientras el religioso estaba en su habitación de Logroño tocando la guitarra y grabándose en un magnetófono. De golpe un objeto luminoso como un balón de rugby entró por la ventana abierta, lanzó un rayo de luz a la grabadora y regresó volando hacia el cielo de La Rioja. «Los técnicos han afirmado que se trata de una cosa muy rara», recogía el artículo.
No sé si desde América llegarán historias como la del escolapio, pero el planeta aguarda las revelaciones del Congreso y del Pentágono porque aún queda verano por delante. Además se está dando otro fenómeno curioso que explica cómo funciona hoy el mundo: hay millones de fanáticos de estos Expedientes X que siempre han creído en los ovnis hasta que el Gobierno los ha empezado a reconocer.
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