El Ministerio de Igualdad ha gastado casi 300.000 euros en una aplicación informática que acaba de retirar porque no la usaba nadie. Ha fracasado ... ahora, pero cuando se presentó hace algo más de un año todo el mundo se dio cuenta de que iba a ser un fiasco. La aplicación se llamaba 'Me Toca' y era un software ideado para repartir de manera equitativa las tareas domésticas; código muerto, un cadáver digital desde antes de nacer, no había que ser muy listo para prever el desastre.
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Chaplin dijo que la vida es una tragedia si se mira de cerca, pero vista desde lejos cobra aspecto de comedia, por eso una aplicación así hay que verla con distancia y en el plano del humor. A mí me gusta usar ese recurso porque me sirve para evitar la melancolía, y si dejo volar la imaginación enseguida encuentro algo. Aquí veo una película de Woody Allen en la que una joven pareja se enreda en chispeantes malentendidos a cuenta de la aplicación, que falla y no se actualiza bien, y como no saben a quién le toca tirar la basura ni colgar la ropa acaban interviniendo sus pintorescos vecinos entre los que hay un sastre malhumorado, una ingeniera informática, un médico jubilado y un analista financiero de Wall Street.
Uno siempre espera cierta incompetencia de los gobernantes porque son burócratas y de cuando en cuando levantan monumentos a su ineptitud, pero a veces se superan con esta clase de cosas, la aplicación 'Me Toca', la Oficina de Artes Escénicas de Badajoz o los gastos en obras de arte del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Es como si hubiera un concurso secreto entre administraciones sobre maneras absurdas de gastar, aunque va a a ser difícil superar las cotas de inutilidad alcanzadas por el Ministerio de Consumo de Alberto Garzón que llegó a tener un presupuesto de 70 millones al año.
El mundo está lleno de cosas inútiles y preciosas como esos secamanos de aire que hay en los bares
El mundo está lleno de cosas inútiles y preciosas como esos secamanos de aire que hay en los baños de los bares y que yo siempre utilizo aunque no sirven de nada, pero el dinero público no debe tirarse así. El presupuesto es el combustible que alimenta la máquina del poder, el gasto marca las prioridades y por eso es el reflejo del alma de la nación. Con la app 'Radar covid' el gobierno dilapidó cuatro millones, así que el fracaso de 'Me Toca' ha salido más barato. Pero el dinero es secundario porque lo que vuelve a revelarse aquí es la nula rendición de cuentas, esa insoportable sensación de impunidad. Nuccio Ordine escribió 'La utilidad de lo inútil' para defender la importancia de las disciplinas intelectuales que no tienen un aparente fin práctico o utilitario. Yo también trato de encontrarle algún sentido a este despilfarro, y veo que sirve para una cosa: certificar la paciencia inagotable del contribuyente español.
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