¿Arderá Madrid?

LA PLAZUELA PERDIDA ·

Con este título no quiero hacer referencia al libro de Eduardo Haro ni al más conocido '¡Arde París!', el superventas de Lapierre y Collins, sino ... a la situación ciudadana, sindical más bien, a la que se podría llegar si sigue aumentando la inflación y los ciudadanos continúan perdiendo poder adquisitivo. Con las tensiones inflacionistas, sobre todo cuando alcanzan los dos dígitos, como ahora es el caso español, se originan pérdidas del valor real de los salarios y de las pensiones, pues no parece probable que suban más de un diez por ciento, como lo está haciendo el coste de la vida.

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Hemos oído decir muchas veces –por cierto hinchándose algunos al decirlo–, que pensiones y sueldos públicos iban a subir a la par que la inflación, lo cual es muy fácil afirmar cuando la subida es negativa o en torno al uno por ciento, como ha ocurrido durante bastantes años pero, ¡ay!, la cosa cambia si tenemos que subir un diez por ciento. Creo que está escrito, no sé si en el Pacto de Toledo o en algún otro acuerdo, que las pensiones subirán con la inflación, pero tengo el temor de que se quede, el acuerdo digo, en agua de borrajas. Ya el año pasado, en el que el IPC subió por encima del seis por ciento, se sacaron de la manga eso de 'media del IPC' para subir bastante menos, creo que rondó el dos y medio. No sé qué cálculo harán para 2022, pero si sigue desbocada la inflación, como parece, me temo que seguirán inventando algo para no cumplir el acuerdo, pues subir dos cifras parecen palabras mayores.

¿Qué harán los sindicatos ante este panorama? ¿Se dejarán envolver, otra vez, por esas medias del IPC u otros inventos para no subir el aumento real del coste de la vida? Llama mucho la atención que, en las actuales circunstancias de aumentos de precios generalizados y de cinturones corriendo agujeros, tengamos una paz sindical casi sin precedentes. Por mucho menos se ha lanzado a los trabajadores a las calles. Supongo que tiene que costar bastante montar huelgas o manifestaciones a quienes han doblado la asignación a los sindicatos, haciéndola pasar, en poco tiempo, de algo más de ocho millones de euros a diecisiete, según he leído en los papeles. ¿Qué pasaría con otros gobiernos menos afines a los sindicatos? Porque en esto no vale montar el follón a presidentes autonómicos para no hacerlo al ministro correspondiente. Me temo que, al igual que ha ocurrido otras veces, hablando figuradamente, por supuesto, ardería Madrid.

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