Borrar
Los participantes en el torneo mateo de ajedrez sopesan sus movimientos en El Espolón Sonia Tercero

Jaque mate en El Espolón

Entre charangas y degustaciones, hay un hueco en el programa para la concentración y el silencio del ajedrez

Pío García

Logroño

Miércoles, 24 de septiembre 2025, 07:42

Comenta

Cuando uno abre el programa de fiestas de San Mateo, encuentra, sobre todo, ruido: conciertos, charangas, bailes, diyéis, carrozas, fuegos artificiales. Hay una algarabía continua a la que también contribuyen las cuadrillas, los músicos callejeros, las peñas. Por eso el acto más insólito de la semana, casi contracultural, se verificó ayer, a las cinco de la tarde, en el Paseo de El Espolón de Logroño. La mera lectura del programa ayuda a comprender lo insólito de la convocatoria. De cinco a seis de la tarde hubo en Logroño tardeo de zurracapote, degustación de café y pastas, paseíllo al coso taurino, actuación de la charanga 'La Brigada', Gorgorito, actuación de la charanga 'La Pacharana', torneo de ajedrez...

¿Torneo de ajedrez? Sí, en San Mateo, al aire libre y en el mismo centro de la ciudad, como si se jugara en zona de guerra y los participantes no solo tuvieran que vérselas con alfiles y torres, sino también con las peñas y sus charangas. A las cinco de la tarde, junto al quiosco de La Rosaleda, había ya dispuestas varias mesas de madera unidas con decenas de tableros consecutivos. Por fortuna, a esa hora no había demasiado follón. La gente apuraba sus cafés y sus copas en las cafeterías del centro, grupitos enteros salían derrotados de la calle Bretón de los Herreros y un cielo oscuro, amenazante, como pintado por el Greco, parecía debatirse entre el chubasco y la luz otoñal. Acabó imponiéndose el sol, aunque la temperatura que marcaban los termómetros (unos veinte grados) tenía algo de engañosa: a la sombra soplaba un aire destemplado, hostil, que invitaba a la sudadera o al refugio.

A los más de setenta ajedrecistas todas estas monsergas les traían sin cuidado. Como absortos en su propios pensamientos, ajenos a las pompas y los estruendos de este mundo, movían las piezas con tiento y paraban el cronómetro con decisión. Jugaron siete rondas de partidas rápidas (diez minutos más dos) por el sistema suizo, sin eliminatorias. «Este es un torneo popular, que se juega a ritmo rápido. Las partidas lentas requieren una mayor concentración. El ruido siempre puede molestar, pero en esta modalidad influye algo menos», asegura Julio César Salinas, presidente del club Gambito Riojano, organizador del torneo.

Ni el sonido estridente de los camiones de la limpieza, que subían y bajaban por la calle Marqués de Vallejo, distraían a los jugadores. «Puede resultar extraño, pero San Mateo y el Espolón nos parecían el momento y el lugar ideales para un torneo así. Por aquí pasa mucha gente y lo que buscamos es precisamente popularizar el ajedrez. Nos parece una manera estupenda de acercarlo al público», subraya Julio César. Detrás de los participantes, familiares y curiosos no perdían ripio de las partidas. Algunas, especialmente reñidas, congregaban una notable expectación. Al acabar el duelo de la mesa siete, una de las más disputadas, este cronista vio cómo un espectador abordaba al ajedrecista derrotado y le susurraba al oído: «Sabes por qué has perdido, ¿no?» ¡Con la rabia que da eso!

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Jaque mate en El Espolón

Jaque mate en El Espolón