«Me gusta competir porque es importante para la fiesta»
Emilio de Justo | Matador de toros ·
El diestro torea esta tarde en una terna que completan Diego Urdiales y Roca Rey para lidiar un encierro de CuvilloEmilio de Justo es uno de los toreros que más ha triunfado esta temporada. En su esportón guarda veintiuna puertas grandes este año cosechadas en ... 29 festejos. Esta tarde debuta en La Ribera dispuesto a conquitarla. Y a seguir sumando.
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–¿En qué momento profesional llega a Logroño?
–Está temporada está siendo preciosa y las cosas están saliendo muy bien. Estoy muy contento por cómo está transcurriendo. Llego con la ilusión por las nubes de poder cuajar una gran tarde de toros y hacer disfrutar a los aficionados.
–¿Qué siente cada vez que pisa por primera vez una plaza?
–Responsabilidad. Ir a Logroño, por ejemplo, que siempre ha tenido una feria muy bonita, uno va con el compromiso y la actitud de poder ofrecer lo mejor.
–¿Suben las pulsaciones?
–Siempre. Pero hay que ser capaz de sobrellevar la situación con ilusión. Me estoy encontrando muy bien delante de la cara del toro, estoy a un nivel bastante bueno y eso me da bastante moral para llegar a esta cita confiado y entregado.
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–El festejó tendrá lugar el día de San Mateo, con Urdiales y Roca Rey. ¿Qué le transmite el cartel?
–Son dos toreros a los que admiro muchísimo. Diego se ha consolidado como un maestro del toreo bueno. Está haciendo una gran temporada. Y de Roca Rey, qué le voy a decir. Es un torero con una categoría y una fuerza tremenda. Una máxima figura. El cartel es muy rematado, por ello lo afronto la tarde con el deseo de estar al nivel de mis compañeros.
–¿Le gusta competir ?
–Sí. Es importante para la fiesta que los toreros podamos competir, cada uno con nuestro concepto y nuestras formas. Al buen aficionado le caben en la cabeza muchos toreros y varias maneras de interpretar el toreo. Y eso es lo bonito de esta profesión, el que seamos diferentes.
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– Los toros que lidiará son de Núñez del Cuvillo. ¿ilusionado?
–Es una ganadería de muchísimas garantías. Casi siempre que me he anunciado con ella me han ido bien las cosas y he podido expresarme.
–¿Cuál es la fórmula para llegar al aficionado?
–La sinceridad, la verdad y la entrega, el mostrarse como uno es.
–¿Existe la felicidad plena?
–La felicidad está ahí. Es muy difícil que salgan siempre las cosas bien y que uno cumpla con todas las expectativas. Uno siempre se queda con ganas de más, nunca está contento con lo que ha hecho y quiere ser mejor, y ese punto, a veces, provoca agobio. El día que pierda esas ganas de mejorar no será lo mismo.
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–Tras muchos años en el banquillo, ¿siente que el toreo le ha sido justo?
–Creo que sí. Ha habido que poner mucho de uno mismo, porque en el toreo nadie regala nada, pero sí que todo eso que he entregado al toreo, en aquellos años en los que nunca perdí la fe y la moral por seguir toreando, al final el tiempo me ha dado la razón de que en la vida la constancia tiene su fruto. Otros toreros quizá no puedan decir lo mismo, pero conmigo sí que se ha hecho justicia.
–¿Qué supuso para usted volver a Las Ventas en julio y volver a cruzar la Puerta Grande?
–Imagínate. Algo grandioso. Triunfar en Madrid siempre le da a un torero una moral y una categoría muy grande. Sientes que afrontas la temporada con más tranquilidad, ilusión y confianza.
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–Su evolución ha sido frenética. ¿Le ha pasado factura en algún momento esa presión?
–El valor es como un tanque de gasolina, que lo tienes almacenado y, durante la temporada, de tantos esfuerzos va bajando, y a veces, ese desgaste puede hacer que se termine delante de la cara del toro. Pero ahora estoy en un momento de plenitud, veo las cosas claras, me encuentro bien, aunque los toreros también somos humanos y todo el mundo se agota.
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