El torero Diego Urdiales, en su finca en Arnedo. J.R.J.

«El atractivo del mano a mano es que cada uno se expresa en su mayor dimensión»

Diego Urdiales | Matador de toros ·

El torero de Arnedo hace esta tarde en La Ribera el primero de sus dos paseíllos en Logroño junto a Antonio Ferrera

Lunes, 20 de septiembre 2021, 02:00

Refugiado en su Arnedo natal ha pasado los días previos a su cita de hoy en Logroño. Recogido en la soledad del pabellón Arnedo Arena, ... su lugar de entreno, Diego Urdiales se ha puesto a punto para una traca final de temporada que comienza esta tarde en La Ribera. Un cierre de muchos quilates, de esos que marcan fuerte a uno y en el que el miedo se multiplica por dos. Su agenda de estos días es de vértigo. Mañana regresará de nuevo a la capital riojana en el día de San Mateo, después viajará a Sevilla donde le espera el primero de sus dos compromisos, y el viernes tiene una cita con la afición de Las Ventas (Madrid). Está atravesando su mejor temporada, fruto de dos décadas de lucha y lealtad a sí mismo. Abandera el toreo clásico y natural, y es el bote salvavidas al que muchos aficionados se agarran para no perder la fe en el toreo.

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«Las sensaciones desde el principio de temporada están siendo muy buenas. He cosechado triunfos, pero lo realmente importante ha sido cómo han llegado esos triunfos. Ha sido un reto muy grande volver a torear de esta forma después de un año y medio prácticamente sin pisar un ruedo», confiesa a Diario LA RIOJA.

Urdiales se encuentra feliz, pero sobre todo, satisfecho por «haber crecido como torero», que en definitiva, «es lo que me llena cada día». Sobre sus hombros sostiene de nuevo el peso del abono 'mateo'. «Una apuesta muy fuerte. La tierra pesa mucho», dice. No le tiembla la voz. Le tranquiliza sentir el cariño y la admiración de tanta gente. «Tenía que ayudar a levantar esta situación, y mi compromiso con mi tierra y con el toreo creo que siempre ha estado ahí», apunta.

– Se le presenta una semana de infarto.

– La verdad es que es una recta final de temporada muy seria.

– ¿Se juega estos días todas las cartas?

– La temporada está siendo muy bonita e importante, pero no cabe duda que el poder rematarla en Logroño con dos tardes es una responsabilidad muy grande. A la vez que las dos tardes de Sevilla, la de Madrid y la posibilidad de Zaragoza.

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– De un mano a mano la afición espera rivalidad. ¿La hay con Antonio Ferrera?

– He toreado otros mano a mano con toreros también diferentes, y cuando los toros ayudan cada uno expone su personalidad y su concepto. Eso es realmente lo que lo hace atractivo, que cada uno se expresa en el ruedo en su mayor dimensión.

– Mañana vuelve en el día de San Mateo, con Emilio de Justo y Roca Rey.

– Es muy atractivo el cartel. Roca Rey es un torero muy importante que está en un gran momento, y Emilio de Justo, lo mismo. La ganadería de Núñez del Cuvillo es muy buena, como la de Zalduendo de esta tarde. Y de Ferrera qué voy a decir que no sepamos. Los tres están echando una temporada extraordinaria.

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– ¿Teme que la presión de tanto compromiso le afecte a la hora de hacer el toreo?

– (Ríe) Deseo que no. Pero no cabe duda de que es un reto fuerte, a la vez que muy ilusionante. Me siento un privilegiado.

– Su toreo es tan natural que da la sensación que fluye solo. ¿Se puede forzar el toreo?

– Para que sea especial, no se puede forzar nada. Cuando un toro te transmite unas sensaciones especiales el cuerpo y el alma las perciben, y después, el toreo fluye. Cuando el toro te presenta complicaciones, lo que hay que tener es la responsabilidad de tirar para adelante y de estar a la altura de las circunstancias. No es fácil, se tienen que juntar muchas cosas, pero ese es el deseo, el de que el toreo natural fluya.

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Una temporada plena

– ¿Considera que está atravesando su temporada más plena?

– Llevo varios años con temporadas buenas, pero quizá este año he tenido un punto más de suerte, que es lo que me ha permitido la regularidad. En otras temporadas también he sentido cosas muy buenas, pero por rachas, no de manera tan continua como ahora. Y también, además de la suerte, es importante atravesar un momento especial. De los toreros que estamos arriba, he sido el que menos he toreado del escalafón, con diferencia. Y ha sido a base de tiempo el poder coger esa madurez que hace que cada día crezcas, y que a la mínima opción que me dé un toro sea capaz de aprovecharla. Por ejemplo, con el capote, ha habido temporadas en las que he toreado mejor que incluso este año, pero quizá por esa corriente que ha habido, por esa regularidad, la gente ha visto una dimensión diferente. Y eso hace que me llene de responsabilidad cada día.

– Cada vez será más complicado dar al público un punto más.

– Esa es una búsqueda que llevo realizando durante toda mi vida y es la que me ha traído hasta aquí. Una búsqueda que me llena día a día y que me empuja a ser mejor y a evolucionar. A la vez que el público te pide ese punto más, yo siento que lo tengo y que lo necesito sentir. Todos los días se aprenden cosas y lo bonito es poder disfrutarlas.

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– Se ha creado en la afición un fenómeno o una corriente 'urdialista'. ¿Es consciente de lo que ha conseguido?

– Sí que soy consciente, por todas las muestras de cariño de la gente, tanto de profesionales como de personas que te cruzas por la calle o en la plaza. Y por la forma en la que te lo dicen... Estoy disfrutando.

– Este año La Ribera cumple 20 años, ¿cómo ha evolucionado la afición de este coso durante estas dos décadas?

– Ha evolucionado para mejor. Es una plaza en la que cada vez he sentido en el público menos crispación. Y eso favorece a los toreros, para que podamos expresarnos, y también a la empresa, que ha conseguido echar un tipo de toro serio y más en tipo para que tenga más posibilidad de embestir.

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– ¿Con qué recuerdo se queda?

– Hay muchos. No cabe duda de que el día que indulté a 'Molinito' fue de los más importantes, porque llegaba de estar prácticamente parado y supuso un antes y un después. Pero, afortunadamente, me han embestido muchos toros y ha habido muchas faenas de dos orejas.

– ¿Le preocupa que los festejos que se han reducido no se recuperen?

– El volver a retomar esa normalidad, no solo en el toreo, sino en todo, es difícil y lento. Este año parecía que no se iban a celebrar tantos festejos como se están celebrando. Ojalá que el año que viene, cuando empiece la temporada en marzo, estemos ya con esa deseada y real normalidad.

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