Los defensores batallaron al grito de 'Logroño no se rinde'

La escenificación de los acontecimientos que sacudieron Logroño en 1521 se lleva a cabo en interesantes capítulos durante estas Fiestas de San Bernabé de Logroño. El primero, el que ha abierto la temporada bernabea, presentaba esta mañana un primer embate de los franceses contra Logroño. Llegó al parque del Ebro, nuevo escenario de las confrontaciones, André de Foix, Señor de Lesparrou, más conocido por estos lares como Asparrot, y ya empezó la mañana algo cruzada. Pidió vino y le dieron vine de Muguillo cuando él reclamaba un Burdeos que se les había acabado. De ahí ya se puso farruco y empezó a amenazar... «Caereis como cayó Pamplona», decía a voces, incluso algo picado porque no veía rivales de su nivel.

Enfrente se encontraban los defensores logroñeses, cabezotas, dispuestos a cumplir lo que ya habían decidido en un concejo abierto. «Logroño no se rinde», pronunciaba solemne el licenciado Diego de Villegas. «Morir antes que ceder».

Y, nada, que se lió. Con picas y arcabuces, pimpam allí en una campita que queda en el parque, junto a la chimenea. Empujaban de un lado, aguantaban del otro. «Prisioneros, coged prisioneros...», urgían a los franceses. El público aprovechó el desnivel de la zona para sentarse en el césped, sobre todo bajo los árboles, a modo de grada. A veces, hasta se animaba a corear las imprecaciones al francés o a vitorear a los de casa.

Hasta que se pidió una tregua para llevar a Valbuena a los que no podían luchar. Los nuevos choques depararon una situación que terminó en el sitio de la ciudad. Pero eso ya se contó por la tarde. La victoria de los logroñeses, tras las muchas penurias pasadas en el asedio, debería producirse este viernes, 10 de junio, como se ha venido festejando durante los últimos quinientos años, ahí es nada. Esta temporada tocan números redondos. Este año, los 500 del Voto, el documento que recoge la relación de actos con los que recordar aquellos sucesos y el triunfo conseguido.

Que, a fin de cuentas, las fiestas de San Bernabé son las de celebración de aquel éxito ante los esbirros de Francisco I. Se fueron aquellos franceses, pero cada año regresan, así, en figurado. Los de este año terminarán huyendo -perdón por el spoiler, pero también lo pone en el programa de fiestas- a las seis de la tarde de este viernes, también desde el parque del Ebro. Sí, este año se han cambiado las murallas del Revellín por este nuevo marco. Anoten.

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