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A la izquierda, las antiguas responsables de Hilos; tras el mostrador, las nuevas manos de la mercería, junto a la joven Meghan. Juan Marín
Una segunda vida para la mercería Hilos

Una segunda vida para la mercería Hilos

El mítico establecimiento de la calle San Antón abre una nueva etapa tras la jubilación de Elena Hernández, quien permaneció 40 años al frente de negocio

Iñaki García

Logroño

Martes, 11 de marzo 2025, 07:18

En octubre del año pasado, Elena Hernández lanzaba un deseo al aire en un reportaje publicado por Diario LA RIOJA. «Me gustaría que alguien siguiera con esto», apuntaba al hablar de su jubilación y del cierre del negocio que había regentado durante cuatro décadas, la mítica mercería Hilos de la logroñesa calle San Antón. Pues bien, solo unos meses después ese anhelo ha obtenido una respuesta positiva y el céntrico establecimiento arrancó el sábado una nueva etapa.

Raquel Pérez Ramírez conoce muy bien el sector. «Llevo toda la vida en los comercios», apunta una de las nuevas responsables del negocio, quien ya regenta otra mercería en Marqués de la Ensenada, de nombre La Pili y Mili. De ahí que la tienda de San Antón renazca bajo el nombre de Hilos by La Pili y Mili. «Una vez que tomaba la decisión de quedarme con una mercería tan emblemática, de toda la vida, no me parecía bien quitarle su identidad», señala. «Y por eso, ambos nombres se han unido», añade.

Pérez Ramírez, que toma las riendas del negocio junto a Patricia Barreiro, explica cómo se fraguó el relevo. «Me enteré de que Elena se jubilaba y me daba mucha pena que una tienda como esa cerrara y que Logroño se quedara sin ella», cuenta. «Iba hablando con ella y me decía que tenía alguna oferta, pero al final nos entendimos y nos esperamos hasta el punto de decidir quedármela», se alegra.

En tiempos como los actuales, en los que los cierres de pequeños establecimientos ganan la partida a las nuevas aperturas, Pérez Ramírez ha decidido «lanzarse a por todo», aunque reconoce que «da mucho vértigo» iniciar esta etapa. «No puede ser que todo sea cerrar, cerrar y cerrar tiendas;si dejamos morir el pequeño negocio, ¿qué va a ser de las ciudades?», se pregunta la responsable de Hilos by La Pili y Mili. «Hay que dar un servicio a la ciudad y los ciudadanos tienen que responder con los comercios de barrio», apostilla.

Para ella, mercerías como esta resultan «necesarias» en una ciudad como Logroño. «La gente ha dejado de coser, pero no se deja de utilizar un corchete, un hilo o un velcro y esos detalles no se pueden encontrar en un centro comercial», opina. «Son cosas que no puedes ir a comprar a cualquier sitio, que se siguen vendiendo y que hacen falta», sentencia Pérez Ramírez después de admitir «la responsabilidad» que provoca mantener un legado de 40 años. «Hay responsabilidad, pero también tenemos capacidad», afirma con confianza.

«Mantener la esencia»

Para acometer esos retos, las nuevas responsables han emprendido una «modesta» reforma en el establecimiento. «No queríamos cambiar mucho la identidad de la tienda, queríamos mantener la misma esencia que ha tenido toda la vida, es decir, una tienda de barrio en la que entras y todo resulta cómodo y fácil», argumenta Pérez Ramírez. Aun así, sí que se ha apostado por intentar dar más sensación de amplitud al espacio. «Hemos jugado con el mobiliario, lo hemos puesto todo más blanco y le hemos dado un toque personal», destaca la nueva dueña de la mercería, cuya hija, Meghan, es la protagonista de las imágenes del mostrador.

El sábado se escenificó el relevo. Raquel y Patricia cogen las riendas que durante 40 años ha llevado Elena. «Ella tenía ganas de que la tienda siguiera adelante y le ha hecho una ilusión tremenda que haya sido así», asegura la nueva responsable del negocio. «Queremos mantener su legado y que Hilos by La Pili y Mili siga siendo lo que ya era, una tienda de barrio», reitera.

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