Cinco miradas con perspectiva sobre la Glorieta

Un jurado internacional ha visitado este fin de semana Logroño para decidir un ganador que se dará a conocer el próximo 26 de febrero.

El más vinculado con la filosofía de Concéntrico lo firma Salazarsequeromedina, estudio con sede en Madrid y Nueva York. Se trata de 'Planta baja compartida' y entiende la calle como un espacio cooperativo. En sucesivas fases, promueve la participación comunitaria en instalaciones recuperadas del propio festival o en torno a un hito visual a modo de torre, la renaturalización del parque de la Glorieta o la reutilización temporal de locales en planta baja y en desuso para actividades públicas, compartidas y culturales.

'Scenius' da título a la propuesta del arquitecto irano-alemán Daryan Knoblauch, quien plantea un elemento catalizador, una 'carpa megáfono', que cada año cambiaría de ubicación para captar nuevos ecos, conversaciones, charlas, podcast... con vecinos, expertos y productores culturales. Un proceso de debate continuo y abierto que derivaría en una serie de 'instrucciones de uso' o de estrategias para el entorno de la Glorieta, reunidas finalmente en una colección de libros.

El equipo vasco BEAR introduce del lenguaje arquitectónico sobre la naturaleza de la Glorieta en su proyecto 'Lectura'. Incorpora columnas en los troncos de los árboles y las enlazan mediante telares, acotando así un perímetro en cuyo interior las reglas están por escribir.

Inspirada en un plano secuencia de la película 'The adventure' de Antonioni, la italiana Matilde Cassani parte de un elemento, el banco, para hacerlo evolucionar como barrera de tráfico, paso de peatones, una iluminada calle, un cartel publicitario, una nueva fachada frontal. 'Monica Vitti', nombre de su propuesta y de la protagonista de la película, será motivo de contemplación, lugar de encuentro, de unión entre barrios, de celebraciones (mercados, conciertos, festivales).

Por último, el estudio suizo DF-DC plantea con 'Siempre fiesta' una serie de acciones a corto plazo y con carácter experimental, a modo de prueba-error, donde la clave está en producir, conocer, jugar, manifestar y recircular. Para ello, propone intervenir a través de la movilidad, del mobiliario urbano, la naturaleza, las estaciones de reciclaje... en un entorno donde la transformación es constante y los resultados se descubren cada día, dando así alguna oportunidad de reaccionar.

Tras dar a conocer estos cinco proyectos, el director de Concéntrico, Javier Peña, nos explica que «la ciudad no tiene por qué hacerse de forma rápida». En 'La calle a 10 años', una suerte de laboratorio donde se invita a pensar las ciudades que queremos habitar, «hemos incorporado el factor tiempo en la estrategia de diseño de la ciudad, un recurso que no está incorporado a los proyectos públicos y es fundamental», concluye.