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Gloria vigila sus pertenencias, desde la parte de atrás del edificio derrumbado, en la calle Los Sastres I. A.
Derrumbe en Calahorra

«Me vi tirada en la calle, como huérfana»

Isabel Álvarez

Calahorra

Jueves, 31 de agosto 2023, 07:28

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A Gloria Madriñán no le salen las palabras. Hace casi dos semanas que perdió su hogar y todavía no es capaz de poner nombre a las emociones que siente desde entonces. Llorar, llora mucho. Quizá de rabia, de impotencia, de tristeza o por un sentimiento de orfandad que le ha invadido de buenas a primeras. «Nunca había sentido una sensación así. No sé ni como llamarlo. Pero es que me vi como si me hubiesen tirado en la calle, como si me hubiese quedase huérfana», intenta explicar esta vecina del número 18 de la calle San Andrés, cuya medianera se derrumbó el pasado 19 de agosto y que ahora está siendo derribado manualmente.

Pero si Gloria no tenía bastante con empezar a buscar una nueva vivienda o con dar con la persona o institución que le explique los trámites que debe realizar para solicitar de nuevo el pasaporte y la cédula de ciudadanía de Colombia..., el lunes se encontró que la parte de su casa que queda en pie había sido saqueada. A pesar del enorme riesgo que supone para una persona acceder a la habitación del primer piso en el que vivía («pero si los bomberos se jugaron la vida...»), «entraron y se llevaron las cajas que tenía en el armario que se veía desde la calle».

El hurto sucedió la noche del domingo a lunes. Y a raíz de aquel suceso Gloria decidió pasar las noches en vela delante del inmueble para proteger sus enseres. «Sé que se va a perder mucho, pero los señores que están haciendo el derribo a mano, cuando van tirando las paredes intentan recoger cosas para dármelas», indica.

Cerradura que reventaron para entrar en el inmueble | Gloria, delante de su casa en plena noche I. Á.
Imagen secundaria 1 - Cerradura que reventaron para entrar en el inmueble | Gloria, delante de su casa en plena noche
Imagen secundaria 2 - Cerradura que reventaron para entrar en el inmueble | Gloria, delante de su casa en plena noche

Gloria explica que ha puesto en conocimiento de la Policía estos hechos, aunque no ha formulado todavía una denuncia. «Tengo que hacerlo, porque no sé si entre lo que se han llevado puede estar también documentación mía. Me da miedo que alguien la utilice y me pueda causar algún problema con la Ley», se angustia mientras lo cuenta. Ese temor es incluso mayor que el que puede sentir en la oscuridad de la noche, cuando no quita ojo a lo que hasta ahora ha sido su hogar, sentada en el escalón de la puerta de la casa de su vecina de enfrente. «La señora deja la luz prendida para que parezca que hay gente levantaba», le agradece.

– ¿Pero no tiene miedo de que le pueda pasar algo, estando tantas horas de noche sola? «No, no. Bueno, en algún momento sí. Solo cuando pasa alguien que ha bebido mucho», reconoce, para retomar la conversación y contar cómo supo que estaban entrando a robar. «Cuando el lunes (como cada día desde el derrumbe) llegué a aquí, los trabajadores de la empresa (a la que, por cierto, también le han robado combustible de la maquinaria), me dijeron que se habían encontrado la puerta forzada, abierta y la ventana también abierta», relata.

Salvar recuerdos y una parte, por mínima que sea, de sus pertenencias es para Gloria un bálsamo contra su desasosiego. Como cuando los bomberos que acudieron el día del derrumbe «rescataron a los gatos» que le hacían compañía en casa. «Hicieron lo imposible por sacarlos y estoy muy agradecida», sostiene. Realojada de momento en la habitación de uno de los pisos de emergencia de los que dispone el Ayuntamiento da la gracias también al personal del Hostal Gala, donde pasó las primeras noches después del derrumbe. «Los trabajadores son excelentes», recalca.

La vivienda que le ha proporcionado el Ayuntamiento sabe que es temporal y que dar con otro piso en alquiler en el que comenzar de nuevo es «complicado». «Hace ya tres meses que estaba buscando otra casa y no hay nada. Y si hay, me piden igual 700 euros y yo no puedo pagarlos», asegura para solicitar al Ayuntamiento que «me ayuden desde Servicios Sociales» a encontrar otro alquiler, «porque igual a ellos les hacen más caso que a mí».

En principio, desde el Consistorio calagurritano se precisa que en estos casos es posible subvencionar el pago de un alquiler a la persona o familia afectada durante «dos o tres meses».

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«Me vi tirada en la calle, como huérfana»