La superficie agrícola siniestrada hasta junio supera ya a las de los últimos cuatro años íntegros

La cifra es elevadísima, por cuanto el año pasado el número de hectáreas afectadas por siniestros fueron 11.729 y 25.651 en todo el 2021: «En los seis primeros meses de 2023 ya hay más hectáreas siniestradas que en los últimos cuatro años, y casi se superan los muy siniestrosos 2017-2018», indican desde Agroseguro. La entidad no da a basto y sin contar con las últimas tormentas: «Vamos a la mayor velocidad posible y tenemos doce técnicos evaluando». Las campañas de alta siniestralidad se saldan con indemnizaciones de 20/22 millones de euros y Agroseguro cree que «la cifra este año será superior con toda seguridad en función de la evolución meteorológica de las próximas semanas».

En este sentido, la campaña tiene de todo, como si fuera una tormenta perfecta para el agro. En el caso de los herbáceos (cereal), casi el 90% de la superficie asegurada en los módulos de sequía ha declarado este fenómeno: 19.800 hectáreas de las 22.400 con póliza y con mermas estimadas en La Rioja Baja y Media del 70%. Óscar Salazar, cerealista de La Rioja Alta, no duda en avanzar que «la producción de la región se resentirá al menos en un 50%». «Aquí, en la zona más tardía, las lluvias de final de primavera nos vinieron bien, mientras que para el resto fue ya muy tarde –continúa–, pero las tormentas siguen picando y picando y las de finales de la semana pasada van a dejar daños importantes en Fonzaleche, Tirgo, Sajazarra, Foncea, Cellórigo...». Salazar no duda en calificar la campaña de «todo un despropósito», a lo que se suman las buenas cosechas mundiales y el hundimiento de precios: «Si la UE no cambia sus políticas, el sector agrario, y no sólo el cereal, acabará en manos de multinacionales».

Tampoco la campaña de frutas se libra de sobresaltos. El Iregua está «salvando los muebles» tras la alerta de grave sequía que en abril incluso hacían temer por la supervivencia de los árboles: «El agua de lluvia ha sido providencial para nosotros y además con dos riegos más ya garantizados», indica Roberto Pérez (Frutas Valle del Moncalvillo). El fruticultor, a mes y medio de la recolección de la pera, avanza que «esperamos recoger entre el 65/70% de la cosecha, pero también hay mucha irregularidad en el daño que hizo la sequía, así que hay que tener cuidado con las estimaciones».

En La Rioja Baja la situación era mejor, aunque está por ver los daños que el tormentón del viernes ha causado en Rincón de Soto y el entorno. Hasta junio en toda la región, había partes en 1.502 hectáreas de frutales y otras 61 en frutos secos.

Con 6.162 hectáreas con siniestro hasta junio, y a la espera también de los efectos de las últimas trombas, el viñedo superó el momento crítico de sequía hasta abril. Los daños acumulados son por piedra y también por algunas heladas de comienzo de ciclo. Goyo Gordaliza, ingeniero agrícola (De Viñas), señala que la situación es bastante irregular: «Ahora mismo estamos luchando contra el oídio y el mildiu y, en general, faltan horas de sol, lo que no deja de ser curioso con el ciclo que llevábamos hasta mayo».

Gordaliza indica que «hay bastante desigualdad de racimos, con una primera floración que cuajó muy bien, pero una segunda con mucho corrimiento». En este sentido, hay una parte muy adelantada, incluso con comienzos de enveros en La Rioja Baja, y, en cuanto a producción, aquellas primeras floraciones, con racimos y muy buen cuajado apuntaban a un 'cosechón', pero el agrónomo prefiere ser prudente: «De racimos grandes y abundantes, hemos pasado en la segunda floración de racimos más cortos y con alto índice de corrimiento, así que hasta ahora tenemos una desigualdad importante que vamos a ver cómo se resuelve».