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Manuel y Belén González, padre e hija policías, posan junto a la imagen de los Ángeles Custodios. Juan Marín

Ángeles Custodios | Policía Nacional

Una vocación que crea saga en Logroño

Manuel y Belén González, padre e hija, fueron dos de las caras de la celebración de la Policía Nacional en El Espolón

Víctor Soto

Logroño

Martes, 30 de septiembre 2025, 20:20

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El Espolón, como en una de sus jornadas grandes, ha acogido este martes la celebración de los Ángeles Custodios, el día marcado en el calendario para que la Policía Nacional, amante de la discreción, exhiba su orgullo y sus mejores galas.

La jornada, además de para su aspecto más institucional, también sirve para rendir homenaje a las personas que engrandecen el cuerpo, agasajar a los jubilados y condecorar a agentes y colabores de la institución. Y durante el reparto de medallas se ha vivido un momento especial. Al estrado han subido los condecorados para recibir la imposición de manos del jefe superior, la delegada del Gobierno, la presidenta del Parlamento... Hasta que han llamado al inspector jefe jubilado Manuel González, para condecorar a su hija Belén. «Un compañero que llegó conmigo en el coche a Logroño hace casi medio siglo, también condecoró a su hija el pasado año», ha explicado Manuel con orgullo. «Es una satisfacción. Creo que nuestro ejemplo caló», ha añadido.

Para Belén no fue muy difícil escoger. «La Policía Nacional ha sido mi modo de vida, el trabajo de mi padre, sus amigos... Todo me resultaba muy cercano», ha analizado para explicar una elección vital que desembocó en la carrera de Derecho y, posteriormente, en el cuerpo. «Todo ocurrió de manera natural», ha reconocido.

  • Condecoraciones Inspectores Jaime Fernández y David Velasco, subinspector Eduardo Maeztu, oficiales Enrique López, Gemma Ichaso, Javier Herrero y Pedro García; y policías José Ramón Redondo, Mª Luisa Fernández, Bernabé Cano, Jorge Riaño, Ángel Javier Roma, David Álvarez, José Ramón Andreu, Francisco Javier Ortega, Almudena Jiménez, David Muñoz, José Luis Albacar, Carlos Ramos, Sendoa Navarro, Mª Carmen Colsa y Belén González.

  • Personal ajeno Salvador Camacho, José María de las Cuevas, Pedro José Fernández, Santiago García Baquero, Santiago Vivanco y Beatriz Zúñiga.

De esa decisión han pasado 15 años. Su padre vistió de azul durante 45 y hacerlo conllevó muchísimas privaciones. «Cada ascenso era un cambio de destino. Nosotros nos quedamos en Logroño como base, pero sí que resultó duro. Cuando yo era pequeña, en los 80, él vivía en el País Vasco durante una época muy dura», ha rememorado la hija. Una carrera larga la de Manuel, con destinos en Vitoria, Madrid, Barcelona, Logroño, Bilbao, Pamplona y, finalmente, la capital riojana, y también combativa por los derechos de sus compañeros. «Como anécdota, yo fui uno de los impulsores del SUP en la clandestinidad. Ahora los policías contamos con mejores derechos sociales y laborales», ha recordado.

Cambios en el día a día o en las condiciones, pero el trabajo en esencia no ha variado demasiado, ni tampoco los techos de cristal a las que se enfrentan las mujeres que, pese al aumento, aún son minoría en la Policía. «Por ejemplo, ascender significa renuncias y para muchas supone una limitación. Queda mucho por hacer», ha analizado Belén. Al lado, sus dos hijas. ¿Serán la tercera generación? «Ahora dicen que sí, pero ya veremos mañana», ha bromeado.

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