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Marcha Hoyos de Iregua
A Mojón Alto desde la laguna de la NavaLa Marcha a Hoyos de Iregua reúne a 400 personas en Villoslada para sumergirse en el parque natural Sierra Cebollera
Amanece y pronto los pinos, erguidos como soldados en formación, hacen pasillo a los senderistas. Las rocas, vestigio de la calzada romana del Iregua, dificultan el paso por un recorrido alfombrado de piñones, raíces y ramas quebradas. Se hace de día y sube la temperatura, se empieza a mover el ganado y se escuchan sus cencerros. También grazna algún cuervo en el corazón del parque natural Sierra de Cebollera.
La Marcha Hoyos de Iregua reunió ayer a 400 personas en Villoslada de Cameros a las 8.00 horas para afrontar un recorrido de más de 30 kilómetros y 1.040 metros de desnivel positivo que se sumergieron por senderos y pistas en el frondoso bosque del Alto Iregua. Como es habitual, la organización corre a cargo de Fundación Caja Rioja, con el asesoramiento de la sociedad de montaña Sherpa, y la colaboración de CaixaBank y Gobierno de La Rioja. Este año, por primera vez, el evento se incluía dentro de la Liga Ibérica de Senderismo.
Uno de los primeros hitos del recorrido era la laguna de la Nava, un gran charco natural a 1.150 metros de altitud donde a menudo abrevan los animales, aunque estaba seca. Aún así, la explanada que dejó, desnuda de agua, con el sol ya despuntando en el Este, supuso la verdadera salida de la marcha, después de unos tres primeros kilómetros no neutralizados pero sí constreñidos debido al estrecho sendero. Después, rumbo al embalse de Pajares, también bastante seco, se inició la única subida de la jornada, la del Mojón Alto de Villoslada (1.760 metros de altitud), ya entre un paisaje más variado de robles, olmos y fresnos. Desde allí, bajada por el collado de Sancho Viejo hasta la ermita de Lomos de Orios, Puente Ra, La Blanca, Achichuelo...
«Nos ha sorprendido que la laguna de la Nava estaba seca, porque el paisaje es precioso. Y el avituallamiento en Lomos de Orios ha estado muy bien, a la gente le gusta porque es un lugar emblemático, estaba muy abierto, con mucha sombra...», explicó Laura Izquierdo, presidenta de Sherpa, al finalizar la marcha. Al finalizar, ya entrada la tarde y el termómetro acercándose a los 30 grados, las vacas se postraban sobre el pasto y rumiaban. «La gente debe aprovisionarse bien de agua porque son días de mucho calor», recordó Laura Izquierdo, y es que hubo un par de atenciones por calor, dos mareos.
En la salida, y en primera fila, esperaron para partir Ángel y Begoña, de Torrecilla en Cameros, que habían realizado siete veces la marcha. «Aquí desconectas, estás en tu hábitat. La Sierra Cebollera es preciosa. Conocemos algún tramo, la zona de Mojón Alto es muy bonita porque se divisa toda la Demanda», explicaba Ángel. Bien situado también estaba Goyo Ascacíbar, todo un veterano a sus 78 años, que después de muchas ediciones corriendo afrontó la marcha andando. «Últimamente no la hacía porque coincidía con el maratón de Logroño pero la habré hecho dieciséis veces. La laguna de la Nava, Lomos de Orios y la zona de La Blanca es lo más bonito. Yo la hago andando porque ya no puedo correr», admitía Ascacíbar.
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