Solo cuatro de cada diez riojanos con discapacidad acceden al mercado laboral
La tasa de actividad del colectivo vuelve a caer un punto y se sitúa en menos de la mitad que la de la población general
La puerta de acceso al mercado laboral sigue entrecerrada para la mayoría de las personas con discapacidad pese a que algunos cerrojos cayeron hace ya ... unos cuantos años en España, en forma de la implantación de las cuotas de reserva en las plantillas y de las bonificaciones en el cupo a la Seguridad Social para los empleadores.
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Falta mucho por hacer y el colectivo, al que la genética o el destino no se lo ha puesto fácil en la vida, encuentra aún demasiadas trabas para acceder al derecho de disfrutar de un trabajo digno. Una carrera trufada de vallas y obstáculos, según ratifican las estadísticas oficiales.
De hecho, en La Rioja, solo cuatro de cada diez personas con discapacidad en edad de trabajar han logrado franquear el portal de entrada al mundo laboral. El dato fue hecho público ayer por el Instituto Nacional de estadística (INE), que colgó en su web el informe Empleo de las Personas con Discapacidad (EPD) de 2021.
Según el estudio estadístico de las 9.700 personas con discapacidad de entre 16 y 64 años contabilizadas en la comunidad, solo 3.700 constan como activos (la población ocupada más la desempleada o en paro), lo que supone el 38,2%; y los restantes 6.000 (61,8%), como inactivos (fuera del mercado laboral).
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El dato empeora además el del pasado año, ya que la tasa de población activa entre las personas con discapacidad ascendía en 2020 al 39,2% tras un intenso repunte interanual de más de 8 puntos (31,1% en 2019).
Además, la tasa de población activa en el colectivo de personas con discapacidad se queda por debajo del 50% del resto del conjunto de la población riojana en edad de trabajar. En 2021, 152.000 de las 189.400 personas sin discapacidad de entre 16 y 64 años figuraban en los registros como población activa, el 80,3%, una tasa que en el pasado ejercicio anotó, además, un leve repunte de dos puntos (78,1% en 2019).
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El perfil del colectivo con personas con discapacidad en La Rioja corresponde al de un hombre –5.000 frente a 3.900 mujeres–, de más de 45 años –600 de 16 a 24, 2.000 de 25 a 44 y 6.300 de 45 a 64 años–.
Más parados
Por grado de discapacidad, casi la mitad se ubican en el mínimo, de 33 al 44% (4.300), seguido de el de 45 al 64% (1.900) y de el de 65 al 74% (1.800) para cerrar con el de 75% o más (900). Por grupo de deficiencia, el 53,9% de las personas tienen una discapacidad física (4.800), mientras que otras 1.800 sufren de discapacidad mental, 1,100 intelectual y las restantes 1.200 sensorial.
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«Este trabajo es un orgullo después de tanto esfuerzo»
Pese a que la situación laboral de las personas con discapacidad en La Rioja no es la ideal, el dato no es ni mucho menos de los peores del país, sino todo lo contrario. La media nacional de personas activas del colectivo se queda casi cuatro puntos por debajo de la tasa regional, 34,6 frente al mencionado 38,2. La comunidad ocupó el pasado año el séptimo puesto (cuarto en 2020), por detrás de Madrid (42,2%), Murcia (41,9%), Baleares (41,3%), Castilla-La Mancha (39%), País Vasco (38,9%) y Cantabria (38,9%).
El estudio del INE permite profundizar en la situación aún más, aunque solo a nivel del conjunto de España, pero sin desglose por comunidades autónomas. El año pasado el número de ocupados con discapacidad ascendió hasta los 518.100, tras un incremento del 0,3%, 1.800 más; sin embargo, el de los ocupados sin discapacidad creció el 2,9%, hasta los 18.974.900. Más datos para el sonrojo: en 2021 había 150.100 parados con discapacidad, el 1,7% más que en el año anterior, mientras que la población parada sin discapacidad se redujo el 3,2%.
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«Se ha avanzado mucho, pero queda bastante por hacer aún»
El esfuerzo y el trabajo de los usuarios de ASPREM-Asprodema sería muchas veces estéril si no fuese por la labor de sus técnicos y la complicidad de parte del tejido empresarial de la comunidad.
«Se ha avanzado mucho, pero queda bastante por hacer. Hay empresas que se involucran mucho y tienen una política propia de responsabilidad social y cuando levantas el teléfono te piden una persona con unas características especiales, pero otras te telefonean solo cuando a lo mejor van a tener una inspección de Trabajo y necesitan cumplir el cupo», admite Yili Utge, técnica de Empleo de Asprodema.
El volumen de empresas con el que trabaja la entidad es de más de medio centenar de firmas regionales fidelizadas, aunque en su base de datos figura un largo listado de compañías con las que se ha contactado o visitado alguna vez. «Vas sembrando para obtener resultados en dos o tres años como nos ha ocurrido aquí en el centro», explica Utge, que admite que «aunque si se cumple el famoso 2% de cuota de reserva en la administración pública, no tenemos un dato exacto de qué empresas lo hacen, pero sí que hay muchas que colaboran, contactan con nosotros y nos piden gente y algunas, incluso, dentro de su plan de acción tienen como objetivo de alcanzar el 5% de cupo».
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