Lola Cristóbal | Voluntaria del Banco de Alimentos de La Rioja
«Los jóvenes aprenderían aquí cómo están las cosas de verdad y que hace falta ayuda»Dolores Cristóbal, Lola, está a punto de cumplir 71 años y desde hace una década acude cada mañana al Banco de Alimentos de La Rioja. « ... Llegué a una edad en la que tenía más tiempo y me decidí a ayudar. Moralmente te viene muy bien ver a la gente y ver que les estás ayudando y luego el trabajo pues también es bueno», asegura, para añadir que «hay muchísima gente a lo que le hace falta mucha ayuda y antes había más entidades que aportaban cosas, pero ahora hay menos, aunque aquí se hace todo lo que se puede. Luego hablas con gente, te cuenta sus circunstancias y siempre aprendes, aprendes un montón aquí».
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Lola es incansable, acude casi todos los días de 09.00 a 13.00 horas y se siente más que recompensada: «Te dan más de lo que tú das, sin dudarlo. Yo total solo doy mi tiempo, otra cosa no doy porque lo demás lo dan las entidades. Trabajo aquí no nos falta nunca, aunque a veces te da pena no tener más trabajo, ver las estanterías medio vacías y no poder hacer más. Eso es lo peor, aunque ojalá no tuviésemos que venir aquí porque eso sería la señal de que no hacía falta ayudar a nadie».
Para ella, la entidad es su otro hogar. «Esto es una familia, muchos llevamos varios años aquí juntos, a los jóvenes les cuesta más, aunque en las grandes recogidas sí que nos ayudan, por eso les invito a venir más, porque aprenderían mucho y verían cómo están las cosas de verdad y lo que hace falta ayudar», concluye la voluntaria, que también colabora con la AECC –«He empezado a hacer cosas, pero, como mi marido murió de cáncer en septiembre, y tengo algunos problemas de salud, pues aún me cuesta un poco implicarme más o estar con enfermos o familiares»– y con el Valvanera.
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