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Arriba, Eduardo Fernández y Emma Juaneda, riojanos nacidos en 1975. Abajo, Álvaro Marqués, Víctor Alcalde y Marta Ochoa, nacidos en el 2000 Sonia Tercero/Justo Rodríguez
Impulso 2025 | De 1975 a 2025

Cómo hemos cambiado y cómo seremos en 2050

Emma Juaneda y Eduardo Fernández, economistas riojanos nacidos en 1975, destacan la calidad de vida, paz social y estabilidad política de las región, mientras que Álvaro Marqués, Víctor Alcalde y Marta Ochoa, nacidos en el 2000, reclaman comunicaciones y vivienda

Diego Marín A.

Logroño

Martes, 3 de junio 2025

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En 1975 La Rioja ni siquiera existía como comunidad autónoma sino que era la provincia Logroño de Castilla la Vieja. Aún no se había construido la AP-68 que atraviesa la región de Este a Oeste, no éramos ni 245.000 personas en total y no teníamos ni aeropuerto ni universidad. Por no tener no teníamos ni democracia. En aquel escenario de hace 50 años nacieron Emma Juaneda, doctora y profesora del departamento de Economía y Empresa de la Universidad de La Rioja, y Eduardo Fernández, licenciado en Administración y Dirección de Empresas y secretario general de la Federación de Empresas de La Rioja.

Emma Juaneda recuerda cómo, 25 años después, ella empezaba el doctorado, dudaba si regresar a Alemania, donde había ido de Erasmus, y trabajó en la vendimia para pagarse el viaje, aunque finalmente decidió quedarse. «Entonces empezamos a utilizar internet, ese ha sido el proceso evolutivo más importante. También era habitual que, al salir fuera, muchas personas no supieran ubicar La Rioja, era una tierra poco conocida, casi invisible en el mapa», cuenta Juaneda. Eduardo Fernández relata que, con 25 años, entró a trabajar en la FER, impulsó proyectos de emprendimiento y empezó a estudiar «intensamente» inglés. «Yo pensaba que el desarrollo de La Rioja iba a ser diferente, aunque la veo más global y abierta al mundo, aunque hay un problema con los recursos humanos, hemos pasado de una época en la que no había trabajo a otra en la que falta personal cualificado», señala Fernández.

Juaneda destaca la calidad de vida de la región pero echa en falta políticas firmes en cuestiones clave como vivienda y comunicaciones, «aspectos fundamentales para fijar población y generar oportunidades, especialmente para la juventud». Para ello, considera, es fundamental el capital humano, la educación y el empleo digno. Fernández establece puntos clave de cara al futuro de la comunidad como la mejora de las infraestructuras de comunicación, recuperar la pérdida de valores como la cultura del esfuerzo y la 'meritocracia'.

En ese sentido, Juaneda cree que es difícil imaginar La Rioja en 2050, cuando en apenas un lustro hemos vivido fenómenos como la pandemia y los conflictos bélicos. «La volatilidad actual es muy grande», cree Juaneda. Y Fernández destaca que La Rioja debe aprovechar su paz social y su estabilidad política para crecer, aunque le preocupa la irrupción de la inteligencia artificial, sobre todo en las pymes. Juaneda prevé un cambio de mentalidad, de dar la espalda a Asia hemos pasado mirar allí.

«Era habitual que muchas personas no supieran ubicar La Rioja, era una tierra casi invisible en el mapa»

Emma Juaneda

Nacida en 1975

«Pensaba que el desarrollo de La Rioja iba a ser diferente, aunque la veo más global y abierta al mundo»

Eduardo Fernández

Nacido en 1975

En lo que difieren mucho estos dos compañeros de estudios en la Universidad es en cómo se ven en el futuro. «Con jubilarme me doy un canto en los dientes», desea Juaneda, a quien le gustaría vivir en un 'cohousing' con amigos, en un entorno que combine autonomía, apoyo mutuo y comunidad, una forma de envejecer activa, digna y en compañía. Fernández, en cambio, es más optimista y familiar y se imagina jubilado, disfrutando de sus nietos y residiendo en La Rioja.

En el año 2000 ya éramos más de 264.000 riojanos, Pedro Sanz iniciaba el segundo de sus cinco mandatos en el Gobierno, el Club Deportivo Logroñés descendió a Tercera División por impagos y cerró el cine Astoria de Logroño, la última sala de las históricas del centro de la capital. Entonces nacieron Marta Ochoa, larderana graduada en ADE y máster en Gestión de Empresas por la Universidad de La Rioja que realiza su tesis doctoral; Víctor Alcalde, burgalés que estudia el doble grado en Ingeniería Informática y Matemáticas y es secretario del Consejo de Estudiantes de la UR; y Álvaro Marqués, miembro del Sindicato de Vivienda de La Rioja que, aunque se formó en Madrid en Animación, trabaja de cajero. «Algo que nos falta es la comunicación con el resto de España. El autobús y el tren a Madrid tardan lo mismo. Las conexiones son horribles y eso influye en el desarrollo económico y turístico de la región», expone Marta Ochoa. Por eso Álvaro Marqués espera que, al menos para 2050, ya exista la histórica demanda del tren de alta velocidad que conecte La Rioja con Zaragoza y Burgos.

Echando la vista atrás, algo no ha cambiado en 25 años. El ministro de Fomento en el año 2000, Francisco Álvarez Cascos, anunció que «el AVE enlazará Logroño con Madrid por Zaragoza en 2 horas y 10 minutos». «Se podría haber liberalizado ya la AP-68», añade Marqués, que no conduce, no tiene coche. «Somos una comunidad tan pequeña que podríamos ser referentes en movilidad de cara al 2050», desea Alcalde. Pero no solo eso preocupa a estos jóvenes, también la vivienda. «Aunque La Rioja no está tan mal frente a las más turísticas, el precio de los alquileres está desorbitado. El turismo es bueno pero perjudica, no hay regulación», señala Marqués, quien todavía vive con sus padres. Marta distingue entre un turismo de calidad, como puede ser el enoturismo, y otro más cuestionable, como las despedidas de soltero. Víctor lleva cinco años viviendo de alquiler en Logroño y asegura que «buscar un piso está mucho más caro que cuando vine, yo no me puedo cambiar porque es mucho más caro ahora».

«Cada vez menos cines»

En cuanto al ocio, Alcalde afirma estar satisfecho. «La oferta es buena, la ciudad tiene vida, hay actividad. Y los pueblos también», opina. Ochoa señala que hay festivales de música en Logroño, Calahorra, Ezcaray… y también carreras, clubes de montaña… «Hay ocio alternativo, no solo fiesta», destaca Marqués, para quien sí es lamentable que, tras la pandemia, se cerrasen los Cines Moderno de la capital riojana. «Me fastidia que cada vez haya menos cines, a mí me gusta ir y el Moderno era céntrico y barato», añade.

«Aunque La Rioja no está tan mal frente a las más turísticas, el precio de los alquileres está desorbitado»

Álvaro Marqués

Nacido en el año 2000

«Una ventaja de la región es que es muy abierta, la gente es más afable que en otros sitios»

Víctor Alcalde

Nacido en el año 2000

«Las conexiones son horribles y eso influye en el desarrollo económico y turístico de la región»

Marta Ochoa

Nacida en el año 2000

«Una ventaja de la región es que es muy abierta, la gente es más afable que en otros sitios», expone Alcalde al mirar al futuro. De cara al 2050 Ochoa espera que el precio de la vivienda se regule, haya mejores comunicaciones y, también, que haya «una solución para el campo, hay algo que hay que hacer, los agricultores piden cosas lógicas». Y Marqués estima que «en la predicción del futuro, siempre es más fácil imaginar el fin del mundo que la solución a nuestros problemas» y, además, que «parece que cuanto más cambian las cosas, más se quedan igual», pero intenta ser optimista e imagina La Rioja «más diversa, mejor comunicada, con movimientos sociales por los derechos públicos y mayor oferta de vivienda pública».

Alcalde considera necesario que la UR amplíe plazas en grados e instaure nuevos estudios, como el anunciado de Medicina. «Creo que habrá muchos cambios que sí se verán reflejados en 2050, tanto en comunicación como en tecnología, aunque todo debe estar acompañado de la educación y la vivienda», expone Ochoa, quien también reclama más becas para los investigadores. «La investigación es progreso», subraya Ochoa.

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