Mascarillas y guantes, al contenedor verde; los botes de hidrogel, al amarillo
Un protector buconasal, en su mayoría compuesto de plásticos y polímeros, tardaría entre 300 y 400 años en desintegrarse en plena naturaleza
Llevamos casi un año bajo el acecho del SARS-CoV-2 y algo menos con la mascarilla como inseparable compañera, pero hay quien aún no ... parece tener claro cómo manejarse en la pandemia o deshacerse correctamente de ese trozo de tela que nos protege del virus, de los guantes o del envase de hidroalcohol.
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Si cada riojano mayor de 6 años utilizara una mascarilla diaria, la región generaría unos residuos de este tipo de 8,9 millones de unidades mensuales, casi 107 anuales. No llega a tanto, pero la cantidad es descomunal y no todas llegan a su destino adecuado. En el Ecoparque desembarcan muchas, de forma errónea, a bordo de los contenedores amarillos, y lo que es peor, algunas aparecen abandonadas en la naturaleza, un riesgo medioambiental añadido ya que se calcula que una mascarilla, compuesta en su mayor parte por plásticos y polímeros, tarda en desintegrarse entre 300 y 400 años.
«Los recipientes de hidrogel tienen que ir al contenedor de los envases reciclables, al amarillo; y tanto las mascarillas como los guantes de látex o nitrilo, a la bolsa de basura habitual (doble en el caso de pacientes positivos) que se deposita en el de restos, el verde», aclara Rubén Esteban, director general de Calidad Ambiental y Recursos Hídricos de la Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica de La Rioja, que no olvida hacer un llamamiento a la población para que se depositen en los lugares adecuados y evitar nuevos peligros al ya castigado Medio Ambiente.
«Mascarillas y guantes, como el resto de residuos de rechazo, van al vertedero de Nájera para enterrarlos»
Rubén Esteban | Director general de Calidad Ambiental
Una vez recibidas en el Ecoparque, las mascarillas son tratadas del mismo modo que todos los desechos no reciclables. «Las mascarillas y guantes, como el resto de residuos de rechazo, se trasladan al vertedero de Nájera para su enterramiento. Le hemos dado muchas vueltas al hecho de poder separar y reciclar las mascarillas, pero esto trasciende de La Rioja y es un asunto de decisión a nivel nacional e incluso europeo», explica Esteban. Por eso, no hay datos y es imposible cuantificar la cantidad de estos materiales que llegan al centro de tratamientos de residuos urbanos regional. «Durante lo peor de la pandemia sí se vio un incremento de los residuos de rechazo por la llegada de mascarillas, guantes, etc..., pero luego se ha estabilizado y no se ha visto un alza espectacular. Más o menos rondamos las 130.000 toneladas de residuos urbanos anuales, unas 100.000 de los contenedores verdes, y tampoco se ha apreciado un cambio sustancial en el tema de los envases ligeros, por la recogida de los recipientes de gel hidroalcohólico, y estamos en unas 5.600 toneladas de envases anuales, con un crecimiento sostenido año a año del 7% más o menos», detalla el director general, que se felicita de las medidas de seguridad y protección de la plantilla implementadas en el Ecoparque, donde a día de hoy pueden presumir todavía de cero casos positivos.
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