La falta de agua hace visibles las paredes de hormigón de la presa del González Lacasa Justo Rodríguez

Los embalses del Iregua encaran el otoño con sus reservas más bajas desde 2002

González Lacasa y Pajares guardan menos de 20 hectómetros cúbicos, una situación inédita, y el valle suma cuatro meses en emergencia por sequía

Víctor Soto

Logroño

Sábado, 26 de agosto 2023, 08:30

La Confederación Hidrográfica del Ebro decretó el pasado mes de mayo el estado de emergencia por sequía en el valle del Iregua. Y así seguirá ... al menos hasta final de agosto, aunque o aparecen muy pronto las lluvias o el otoño comenzará con todas las alarmas encendidas.

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Porque los datos resultan alarmantes. En lo anecdótico entra que, en la última semana, las reservas del embalse de Pajares y del González Lacasa cayeron por debajo del umbral de los diez hectómetros cúbicos. Los dos al mismo tiempo, en una situación que no se producía desde la primera semana de este año.

Pero en el análisis de los registros históricos es donde se encuentra lo más grave. Nunca, en los últimos 22 años de datos que almacena la CHE, los pantanos del río Lumbreras e Iregua habían ofrecido registros tan bajos al mismo tiempo. A 22 de agosto, las reservas de ambos se sitúan en 18,5 hectómetros cúbicos. Hay que retrotraerse a 2017 para hallar el segundo año más seco: entonces había 22,7 hectómetros cúbicos almacenados. El tercer curso con peores registros tuvo lugar en 2002, cuando se conservaban 23,3 hectómetros cúbicos.

Individualmente sí que han existido ejercicios en los que, a estas alturas, las infraestructuras gestionadas por la CHE contaban con menos reservas. Concretamente, en 2006 el González Lacasa almacenaba 8,2 hectómetros cúbicos, que se compensaban con un pletórico Pajares (26,1 hm3). Y en 2017, era Pajares el que retenía 9,2 hectómetros cúbicos, mientras el González Lacasa llegaba a 13,5.

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Pero, en conjunto, nunca en este siglo habían contado ambos embalses con menos agua. Solo Mansilla aporta la esperanza hídrica para La Rioja, aunque las necesidades de la Confederación Hidrográfica y los gastos de agua de este mes han provocado que su volumen caiga exponencialmente durante estas semanas: desde principios de agosto ha visto salir de sus compuertas 15 hectómetros cúbicos hasta quedarse en 38,2 hectómetros cúbicos (una cifra habitual para estas fechas).

Agosto a cero

Lo ocurrido durante el invierno y la primavera explican la falta de agua en la zona del Iregua. Solo las tormentas aisladas de junio y julio supusieron un punto de esperanza (también algo de destrucción) para el sistema. Pero en agosto, el verano se ha secado completamente. Ni un litro de agua de lluvia ha caído a lo largo de este mes en las estaciones meteorológicas de SOSRioja en Torrecilla o Villoslada de Cameros. Tampoco en Albelda, Entrena o Logroño, dentro del mismo valle, se han producido precipitaciones. En la capital, por ejemplo, la media de precipitaciones en el mes de agosto (del que apenas queda una semana) supera los 20 litros, según la AEMET.

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No es el valle del Iregua el único punto 'a cero. En La Rioja Baja solo se registró, en forma de tormenta, una aportación de 2,8 litros el pasado 16 de agosto en la zona de Alfaro. Mientras, en Aldeanueva, Calahorra o Rincón de Soto no se han mojado los pluviómetros.

Toca esperar al fin de esta ola de calor y a las prometidas tormentas para llegar al inicio del año hidrológico (el primero de octubre) en mejores condiciones. De momento y después de meses de apretarse el cinturón (hídrico) tanto agricultores como ayuntamientos y particulares, es previsible que se tengan que incrementar las medidas de control de agua porque la situación se agrava día a día.

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