División entre las organizaciones de productores por el vino de mesa

También considera insuficiente la UAGR la reducción del rendimiento de transformación (del 70 al 69%): «Un 68% nos hubiera parecido adecuado, pero, sobre todo, la entrada de vino de mesa supone una línea roja que no estamos dispuestos a traspasar». En la misma línea, Néstor Alcolea (UPA) señaló que «nos parece insuficiente la bajada de rendimientos, por la sencilla razón de que vamos a seguir produciendo más vino amparado del que vendemos hoy», y no dudó incluso en calificar el acuerdo de «nueva traición a los viticultores».

Por su parte, Igor Fonseca (ARAG-Asaja) afirmó que «de no haber habido acuerdo los rendimientos hubieran sido del 100% en campo y del 70% en bodega, es decir, 40 millones de kilos más de cosecha amparada y, por nuestra parte, hemos preferido un acuerdo que seguir agravando el problema». Fonseca recordó que «tampoco nosotros estamos a favor de que se permita un 4% adicional de vino de mesa, pero hemos logrado que se baje del 5% e, insisto, sin acuerdo, el desequilibrio sería muy superior».

En el sector comercial, la Asociación de Bodegas Familiares de Rioja, pese a partir de un 85% en campo y 66% en bodega, apoyó finalmente el acuerdo: «Hubiéramos querido ajustar más, tampoco el vino de mesa nos gusta en absoluto pese a haber logrado reducir un punto en la negociación, pero sobre todo queríamos que la destilación fuera la opción preferente para aliviar existencias y para ello hacía falta un precio atractivo, que será de 80 céntimos si hay financiación, lo que, con el pago de las destiladoras, sitúa la cántara en el entorno de 15/16 euros y se lanza un claro mensaje al mercado para evitar el hundimiento de precios de vino», explica el vocal Juan Carlos Sancha. «Pasar al circuito de mesa por la puerta de atrás –continúa– beneficia a quienes tiene bodegas de las dos clases, por lo que la destilación es la mejor fórmula y la más transparente». Sancha señala también que «hemos logrado que el acuerdo sea monitorizado en todo momento, de forma que debe cumplirse en su integridad, y que no se hable de plantaciones al menos en los próximos tres años».

Por su parte, Íñigo Torres, gerente del Grupo Rioja, la organización bodeguera dominante, señaló que «es un plan muy completo y ambicioso, por lo que la valoración es muy positiva». «Vamos a ajustar las producciones, pero también a reducir existencias y al mismo tiempo mantener, sino reforzar, la promoción para vender más», añadió.