Vigilando, con material como geles y desinfectantes, y un círculo de seguridad en el suelo. Sonia Tercero

Un chapuzón con tobogán incluido y libre de coronavirus

Los socorristas velan por el cumplimiento de las normas en las piscinas de Las Norias, que este año incluyen un protocolo sin contacto y la ausencia de juguetes

Lunes, 17 de agosto 2020, 20:28

En los días que hace calor apetece darse un baño en la piscina. Pero todavía más si este puede hacerse al aire libre y con ... estrictas medidas de seguridad, que apaciguan los miedos y temores de contraer el coronavirus. La organización del complejo municipal de Las Norias es consciente de ello y, por eso, las mascarillas, el gel hidroalcohólico, el aforo restringido, los avisos por megafonía, los turnos de limpieza, el incremento de los niveles de cloro y las señales en el suelo son algunos de los cambios que se han incorporado para favorecer el uso de las piscinas en la 'nueva normalidad'.

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Pero también hay quienes en el interior del recinto acuático velan por el cumplimiento de estas medidas, como los socorristas, que están repartidos en los diferentes puestos asignados, y separados de los usuarios mediante círculos de color rojo de dos metros de diámetro. «Es la protección que utilizamos para mantener la distancia con quienes vienen a preguntarnos algo, así como para evitar que pasen por delante de nosotros», explica Iván López, socorrista-jefe. Todo un espacio delimitado que puede sobrepasarse siempre y cuando fuese necesario. «Tenemos libertad para controlar la piscina, es decir, podemos movernos hasta las esquinas o bordillos. Lo importante es garantizar la seguridad de los asistentes», explica López.

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Y, aunque todavía no se han producido incidentes, la supervisión constituye la actividad principal. «Se están cumpliendo las normas bastante bien, pero tenemos que estar más atentos y controlar que no se produzcan riesgos de infección», aclara Andrea Pérez, socorrista veterana de las instalaciones. «Insistimos en que uno no puede bañarse con mascarilla o que los niños no pueden entrar con juguetes, pero no todo el mundo lo entiende», lamenta. Y, por si un accidente se produjese, disponen de un protocolo de rescate coordinado y seguro. «Somos tres o cuatro las personas que vamos a intervenir para que el riesgo sea menor. Ahora también, en caso de ahogamiento, podríamos hacer las insuflaciones con un aparato externo y no de forma oral. Así es más seguro», explica López.

«Insistimos en que no se puede bañar con mascarilla o con juguetes, pero no todos lo entienden», afirma Andrea Pérez

La crisis del coronavirus ha provocado que dos toboganes estén cerrados al público, debido a que su disfrute requería de flotadores compartidos. El único que está abierto es el del medio, el de color azul, porque el deslizamiento se realiza resbalando sobre el agua y de manera individual. Pero esta acción también requiere de un control por todo lo que hay detrás. «Estamos pendientes de que no se produzcan aglomeraciones, sobre todo cuando esperan para tirarse o cuando salen del agua», concluye Irian Cortés, socorrista situado en la boca del tobogán.

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