El teléfono móvil, un intruso en las aulas
A pesar de que los móviles están prohibidos en muchos colegios, los directores y docentes reconocen que se dan «varias incidencias leves» que interrumpen las clases
Casi a diario, en cualquier colegio o instituto, se producen algunas incidencias que rompen el transcurso habitual de las aulas. Suelen ser casos leves: móviles que suenan en mitad de una clase, alumnos que se afanan en sacar el teléfono en el patio o en los intercambios... Son los usos indebidos más comunes, debido a que su empleo en los centros está prohibido, si bien, por el momento, no están provocando «ningún problema significativo».
IES Cosme García
«El uso indebido de los móviles se produce a diario»
La mayoría de las incidencias que se originan dentro del IES Cosme García son «leves». Algunos estudiantes de la ESO «se olvidan de desconectar el móvil para evitar interrumpir las clases. Es la causa fundamental de que tengamos que poner una incidencia contraria a las normas del centro», explica Eugenio Argaiz, director del instituto. Su uso está prohibido, pero «hay un alto grado de incidencias, la mayoría leves». De hecho, se están incrementando. «El uso indebido se produce a diario, les suena el teléfono, les llaman y hasta lo cogen, cuando las clases no están para eso, porque tienen un teléfono en el centro». «Hay chavales que usan de forma masiva WhatsApp o Instagram, cuando no saben utilizar estas redes de forma razonable. Publican imágenes que no deberían compartir, algunas susceptibles de formar parte de acoso escolar». Por no hablar de algún alumno de FP que «trabajaba en un torno con el móvil sin desconectar, con los riesgos que entraña».
Maristas
«En el recreo hay vigilancia, pero intentan usar el móvil»
En el colegio San José-Hermanos Maristas, el uso de los móviles en las aulas «no es un problema que nos esté llevando demasiada energía, porque lo tenemos bastante controlado». Su director, Adolfo Lezana, sabe que el 99% de los estudiantes llevan el teléfono al centro, cuando está «prohibido» usarlo, si bien las incidencias «no son muy significativas». Por ejemplo, durante el Mundial «hay chavales que lo intentaron sacar furtivamente para ver los resultados». La consigna es que «pueden traerlo pero apagado porque, de lo contrario, se les puede requisar». Aun así, se han producido «casuísticas residuales». «Hay chiquillos que les suena el móvil y se ponen colorados como un tomate, pero nadie descuelga una llamada». También han descubierto «alguna grabación que la han subido a las redes y la hemos tenido que borrar, pero fue hace tiempo». Parecida situación se experimentó en un cambio de clase. «Entre compañeros, en un momento que el profesor se retrasó un poco, hicieron una grabación y la compartieron. Saben que grabar está mal y compartirlo, peor». A pesar de que ahora no se dan estas situaciones, «en el recreo, a pesar de que hay vigilancia, se juntan en corro para intentar usar el móvil». Su empleo va a más. «Hay una dependencia mayor por parte de los chavales a tener el móvil cerca, es innegable; hay estudiantes que pasan sueño porque no duermen lo que deberían por el móvil».
Compañía de María 'La Enseñanza'
«Entienden y asumen que está mal hacer un uso indebido»
La normativa del centro Compañía de María prohíbe, a pesar de los distintos planteamientos, el uso de los móviles en las aulas. «Es un debate que tenemos, porque se podría utilizar para hacer Kahoots, pero los alumnos también podrían hacer un uso indebido, hablar por WhatsApp, sacar fotos...», asegura Elena Martínez, jefa de estudios de ESO y FP Básica. «No nos terminamos de lanzar a permitir el móvil; es bueno que se relacionen sin que haya una pantalla de por medio». Sin embargo, «hay situaciones en las que han hecho un uso indebido, pero las familias han entendido y asumido que estaba mal, por lo que no nos está dando problemas. Esto no quiere decir que, cuando no estemos presentes, como en los intercambios, no usen los móviles». Lo que sí les está generando algún quebradero de cabeza es «su uso inadecuado fuera del centro, como en los grupos de WhatsApp, que afectan a la convivencia».
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IES Tomás Mingot
«Los alumnos traen el teléfono porque no saben vivir sin él»
El reglamento del IES Tomás Mingot no deja lugar a dudas: está prohibido utilizar los móviles, salvo que lo autorice un profesor por fines pedagógicos. La realidad, sin embargo, es que los alumnos «traen el teléfono, porque no saben vivir sin él». Esta percepción la ofrece su jefe de estudios adjunto, Gustavo Valbuena, que asegura que «cuando no hay un profesor, como en los cambios de clase o en el patio, intentan utilizar el móvil». Este uso no les genera «especiales dificultades», porque llevan a cabo una vigilancia «intensa», de ahí que lo que les está generando «dificultades de convivencia es el uso que hacen de las redes fuera de las aulas, porque se insultan, llegan al instituto y se lía por el problema de disciplina generado fuera del centro».
Escultor Vicente Ochoa
«Hay niños que traen el móvil por presumir con los amigos»
En el CEIP Escultor Vicente Ochoa sí que se ha producido algún caso «muy puntual» de uso indebido del móvil. «Hay niños que lo traen por la tontería de enseñar el teléfono a sus amigos, a los que les decimos que está prohibido, que no pueden grabar o hacer fotografías», afirma Miguel Ángel Galán, profesor de sexto de Primaria. Alguna vez «ha sonado el móvil y lo hemos retirado inmediatamente; se excusan en que se les ha olvidado ponerlo en silencio». La preocupación la tienen en «el uso indebido de las redes, porque muchísimos alumnos tienen canales de TikTok cuando son menores».
La prohibición del teléfono móvil depende de cada centro escolar
La prohibición del uso de los dispositivos móviles en el interior de los centros escolares depende, en el caso de la comunidad riojana, de la decisión que adopte cada colegio e instituto. No existe, como corrobora la Consejería de Educación, ninguna norma generalizada al respecto, por lo que son los propios centros quienes deciden cómo regular su utilización y amonestación en los casos en los que se produzca un uso indebido de los mismos dentro de las aulas, en el recreo o durante un examen.
En este sentido, si el teléfono suena en mitad de una clase, se coge una llamada o se utiliza en los cambios de clase, los profesores podrán tomar medidas sancionadoras que, en la mayoría de los casos, pasan por una amonestación escrita y por requisarse el dispositivo. Si se toman imágenes o vídeos de los compañeros y profesores; o, lo que es peor, si se difunden a través de las redes, el acto será tipificado como falta grave, con sus correspondientes consecuencias.
En algunas ocasiones, no obstante, se podrá hacer uso del móvil, pero solo en los casos en los que los docentes requieran su uso con carácter educativo. Todos los centros e institutos disponen de un teléfono que, en caso de necesidad, podrán usar tanto el alumnado como las familias.
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