Una voz para la inclusión
Abigail Peralta es una de las contadas mujeres gitanas de La Rioja licenciada superior: «Faltan referentes, personas que enseñen a nuestras niñas la importancia de la educación»
Abigail Peralta Pérez, de 23 años, nunca fue una estudiante de sobresalientes. En el instituto –como a la mayoría de los adolescentes– ciertas asignaturas le ... suponían todo un reto personal, por lo que el esfuerzo que tenía que dedicar para aprobar y pasar al siguiente curso le exigía siempre algunas horas de más. Pero ese esfuerzo que daba sus frutos en la escuela también se ponía en contra fuera de ella, puesto que para Abigail compaginar su vida académica con su vida social y familiar –en un entorno en el que para las personas los estudios nunca habían sido una prioridad– no resultaba nada fácil. Pese a todo, esta joven gitana, natural de La Rioja, siempre tuvo claro que quería ir a la universidad.
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«Nunca tuve referentes, y quizá es lo que más hubiera necesitado. Poder mirar a mi alrededor y ver que hay gente que ha estudiado, que ha triunfado laboralmente, que me podía aconsejar y explicar las opciones que tenía en el futuro», explica Abigail al preguntarle si algún miembro de su familia había completado estudios universitarios. «Nadie en mi familia ni en mi entorno ha estudiado más allá de lo básico. En mi cabeza no tengo esa clase de referentes».
En La Rioja, según datos relativos a la educación en la Comunidad, únicamente el 3% de los niños gitanos obtienen el título de graduado en Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Unas cifras «alarmantes» y que «nada tienen que ver con los años previos al covid», tal y como alertó hace unos días Enrique Jiménez, director de la Asociación de Promoción Gitana de La Rioja.
Por ello, resulta excepcional la situación de Abigail Peralta, una de las pocas mujeres gitanas de la comunidad en ir a la universidad. Obtuvo el título hace un par de años después de cursar el Grado de Lengua y Literatura Hispánica en la Universidad de La Rioja, que completó el año pasado con un máster en Profesorado.
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«Yo pude estudiar en la universidad por cabezonería, porque se me metió en la cabeza que quería hacerlo», cuenta Abigail rememorando viejos tiempos. «Cuando era más pequeña, siempre que alguien me preguntaba qué quería ser de mayor, yo decía que universitaria. Aunque el apoyo de mi familia más cercana, sobre todo de mis padres, fue sin duda determinante».
La situación se complica cuando, una vez decidida su intención de ir a la universidad, Abigail se encuentra con infinitud de barreras tanto dentro como fuera de su comunidad. «Cuando decides salir de ese círculo ves que aquellos patrones que se van repitiendo en la sociedad –y que son los mismos contra los que luchas– son aún más fuertes contra ti si eres gitana y encima decides estudiar. Tienes que aguantar más: más comentarios, estereotipos y estigmas. Eso sí que me pareció difícil. Romper esquemas, básicamente».
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Para Abigail, lo que explica la alta tasa de abandono escolar es la falta de referentes, «de personas que enseñen a las niñas gitanas la importancia de la educación». Tal y como cuenta, si ella no hubiera decidido estudiar, probablemente se habría casado antes y «estaría trabajando con mi familia en la venta ambulante», como hacen la mayor parte de los jóvenes gitanos de su entorno.
«Estudiar, tener hijos y casarse es conciliable, el problema es que muchas personas no lo quieren ver», comenta. Por suerte para ella y para toda la sociedad, ella está consiguiendo ser ese referente que tanto añoró en su infancia, logrando que tanto sus hermanos como sus primos más pequeños se replanteen un futuro menos alejado de los apuntes y los libros.
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El 80% de los gitanos europeos vive en riesgo de pobreza
Según un reciente informe de la Fundación Secretariado Gitano, publicado el pasado 25 de octubre de 2022 bajo el nombre 'La población gitana en 10 países europeos', el 80% de las personas gitanas encuestadas –8.461 de 10 países europeos, incluyendo a España– se encuentran en riesgo de pobreza. El 22% vive en hogares sin agua corriente y el 33% no tiene un inodoro interior. Además, el 56% de los niños no asiste a aulas de educación infantil y sólo un 27% de los jóvenes terminan la Educación Secundaria Obligatoria. Eso sin contar la evidente exclusión social a la que se enfrenta el pueblo gitano, y la alta tasa de desempleo (57%).
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