Un cuento chino

MARTÍN TORRES GAVÍRIA

Lunes, 25 de enero 2016, 00:02

Érase una vez un chino, un emergente y un español que en los siete primeros días de Bolsa del 2016 hicieron perder a los accionistas de las empresas del Íbex 35 la friolera de 36.000,00 millones de euros.

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En China nos enfrentamos a un mundo insólito, por llamarlo de alguna manera. Xi Jimping, secretario general del Partido Comunista Chino, gestiona un sistema económico difícil de entender. Se definen marxistas-leninistas, pero con un mercado socialista de economía mixta (¿?). Un mix C+C (comunismo más capitalismo). ¡Si Mao levantara la cabeza! Pese a todo, lo que mejor les funciona es el guanxi -red de contactos- vamos, lo que aquí de toda la vida llamamos, enchufes. Pero, ¿qué pasa con la economía china? Su alta tasa de crecimiento tapa deficiencias estructurales. Se aprovechan de una producción laboral, sin los rigores sindicales de occidente, que nos gana la batalla del coste. Y como buen gobierno comunista su modus operandi es el ocultismo de los datos y por tanto sus cifras económicas no gozan de excesiva confianza en los mercados. Actualmente China tiene tres burbujas -inmobiliaria, financiera y bursátil- y un obstáculo, su credibilidad. ¿Es un gigante con pies de barro? De todas formas, aunque lo sea, si cae nos aplasta.

El Banco Central Chino (PBOC) está intentándolo todo: devaluar la moneda -hasta nueve veces- para favorecer el mercado interno y las exportaciones y dificultar las importaciones. Inyectar liquidez a la Bolsa. Abrir el mercado bursátil a los fondos estatales que tenían prohibido comprar acciones. Prohibir la venta de sus acciones a los directivos de las empresas. Y hasta presionar a periodistas para «aliviar» las informaciones económicas del país.

China es un enorme mercado de consumo al que todos le vendemos y si la economía china va bien, todos iremos bien. Y viceversa. Ya lo dijo Napoleón: «Cuando China despierte, el mundo temblará». Y eso que en el siglo XIX no había 1.400 millones de chinos.

El emergente, segundo protagonista del cuento, no ha cumplido con las expectativas previstas. Países como Brasil y Rusia están en plena recesión y para el resto de emergentes el Fondo Monetario Internacional prevé un enfriamiento de su economía.

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El tercer personaje del cuento y responsable de la estimable pérdida del Ibex 35 es el español. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha dicho que «a Europa le gustaría que España tuviera un gobierno lo más estable posible». Y, por lo que se ve, algunos políticos españoles no están por la labor. Piensan más en su futuro político que en el de todos los españoles. ¡Qué vergüenza! Esto crea incertidumbre y es lo peor que un país puede ofrecer a los mercados.

Este año va a ser un ejercicio muy difícil para los inversores. El consejo de 'Finanzas de andar por casa' es prudencia, prudencia y más prudencia. La renta fija está bajo mínimos y la renta variable, más variable que nunca. La volatilidad del mercado generará muchas pérdidas, pero también oportunidades de tomar buenas posiciones para posibles plusvalías. Lo importante de todo es que usted invierta en Bolsa sólo aquella parte de su dinero que no vaya a necesitar, para que una vez invertido, si sus valores caen, usted sólo tenga que esperar. Y un segundo consejo, no compre chicharros, adquiera siempre acciones de empresas solventes.

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Y colorín colorado, este cuento chino se ha acabado.

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