El increíble tanto de la final de Copa

El partido había entrado en la recta final con un 15-21 en el tercer set y un 0-2 en el marcador global a favor del May Deco Logroño. Ya era casi irremediable que el equipo logroñés sumase su sexta Copa de la Reina y su título número dieciocho de máxima categoría (incluyendo los tres primero de la etapa en Murillo). Era la final en casa del Avarca de Menorca, club anfitrión. Por eso tiene más mérito aún que el rival no se rindiera y luchara hasta el final, como merecía su afición, más de un millar de espectadores que llenaron el pabellón municipal de Ciudadela.

La secuencia del tanteo es la siguiente. Comenzó con un semifallo, un saque en suspensión de Helia, a la postre protagonista del rally, que chocó en la red, aunque la bola cayóen suerte en la cancha contraria y la recepción la salvó Westergaard en zona 1. La menorquina Banguero remató y defendió bien la líbero del May Deco, Llabrés. Entonces remató Helia, quien se encontró con el bloqueo balear. Con tres jugadoras en el suelo, el equipo logroñés pasó la bola libre a la cancha balear. Al remate de Banguero tras la jugada bien armada de las locales respondió el bloqueo logroñés, remontando así la situación de dificultad anterior. La colocadora Barrasa cambió la orientación de juego, asistió a Westergaard y esta remató, libre de bloueo, pero defendió bien Helia en zona 6. Remató Dani y defendió Westergaard para la defensa, de nuevo de Helia, y ella mismo atacó otra vez, defendiendo Noelia para el ataque de Banguero, que salvó Elis Bento. La jugada terminó con una colocación de antebrazos y de espaldas de la central logroñesa Berbel desde fuera de la cancha para la entrada en pipe de Helia que, ahora sí, logró el punto 15-22 al batir a la líbero del Menorca, Gomila, quien ya no pudo levantar esa bola en zona 5.

Más de media docena de tanteos en menos de un minuto terminó con los dos entrenadores, Esther López Arroyo (May Deco) y Bep Llorens (Avarca), de pie y aplaudiendo a sus jugadoras, reconociéndoles el esfuerzo y el buen trabajo, igual que todo el graderío. López Arroyo lo describió al finalizar el partido como «un tanto precioso». Fue voleibol de nivel olímpico.