«La ilusión es la misma que cuando comencé, la edad ya no cuenta»
MARTÍN SCHMITT CHARLA CON... ·
Pau Quemada | Jugador de hockey hierbaNació en Logroño hace 37 años. Poco antes de San Mateo, un 4 de septiembre. Sin embargo, poco tiempo después su familia, con profundas raíces ... en Ezcaray, se marchó a vivir a Matadepera (Barcelona, Cataluña). Con seis años de vida, Pau Quemada comenzó a jugar al hockey y ahora, tres décadas después, afronta sus terceros y últimos Juegos Olímpicos. Una cita a la que acudirá el delantero con su bandera riojana en la maleta, siempre y cuando la encuentre este padre de dos niños (uno de seis años y otro de 16 meses) y un tercero más en camino.
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– ¿Serán sus últimos Juegos Olímpicos?
– Sí, esta vez sí. Hay un cambio de ciclo, evidentemente. Somos una de las selecciones con mayor media de edad. Hay varios que superan los 30 años y cinco de nosotros tenemos más de 35.
– ¿Cómo ha sido este año de pandemia?
– Ha sido extraordinario para todos. Ha costado a nivel mental. Evidentemente, organizativamente y mental, tenía pensado acabar en 2020 y he terminado haciendo una temporada más. Ha sido complicado desde el lado anímico.
– ¿Cómo ha sido esta temporada? ¿Había en el hockey exigencias de PCR o antígenos antes de cada partido?
– Al ser un deporte que se practica en el exterior no se consideraba contacto directo. Pero al entrenar en espacios cerrados como gimnasios nos dividimos en grupos reducidos y con mascarillas. Cuando nosotros (con el club Egara) viajábamos fuera, hacíamos antígenos. Pero era más por un tema protocolario nuestro. Luego en torneos como la Copa del Rey nos exigían PCR.
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– ¿Cómo llega a estos Juegos? Acaba de ser nombrado mejor jugador del Europeo...
– Sí, pero muchas veces esos nombramientos no tienen mucho que ver con el nivel. Al final fue una sorpresa para todos, incluso para mí porque hay muchísimos jugadores mejores, por eso creo que es un premio a la trayectoria. Pero cuando pase el tiempo la gente verá quién fue el MVP, y ya está (ríe).
– ¿Cómo llega físicamente?
– Está siendo duro. Es lo que tiene un año olímpico con la Copa de Europa, que ha venido muy bien de cara a la preparación porque es un torneo de máximo nivel con selecciones como la de Inglaterra, Alemania, Bélgica, Países Bajos, que al final estarán en los Juegos. Hay otros equipos que no tienen la suerte de jugar este tipo de certámenes. Pero todo esto cansa: hemos acabado la liga en mayo, esa misma semana comienzaban los entrenamientos con la selección, Europeo y luego de unos días de descanso, vuelta al ruedo... Y a Tokio viajamos el 17 de julio.
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– Argentina, Nueva Zelanda, India, Japón y Australia son los primeros compromisos olímpicos en la fase de grupos. ¿A qué apuntan los 'Red Sticks'?
– Apuntamos, primero, a llegar a cuartos de final. Luego empieza otro torneo con partidos a vida o muerte. Es fácil decir que se aspira a un podio pero hay que trabajárselo. Ha sido un buen año a nivel de preparación. Veo al equipo capaz de todo. La fase de grupos se te tiene que poner de cara y de esas cinco selecciones las de peor ránking son Japón y España. Pero eso no quiere decir que no seamos capaces de entrar entre los cuatro primeros.
– A punto de dejar la hierba y el stick, ¿cómo se compara con aquel chaval que se vistió por primera vez la camiseta de la selección?
– La diferencia es la edad. El hockey ha ido evolucionando. Antes, la parte física no era tan significativa. Tenía más importancia el aspecto técnico. Ahora es al revés: tienes que ser un atleta a nivel físico y a partir de entonces es importante tener jugadores técnicos y con una habilidades distintas. Eso hace que puedas ganar partidos. La calidad física debe ser muy elevada. Pero si me comparo a cuando comencé a jugar, la ilusión es la misma; en partido ya la edad no cuenta.
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– España llega, entonces, con menos físico y más experiencia que otras selecciones.
– Sí, ese puede ser nuestro punto a favor, la experiencia.
– Tanto en Londres como en Río llevó usted la bandera riojana en la maleta. ¿La veremos en Tokio?
– La tendré que buscar. Fue un regalo de un primo y espero poder encontrarla por casa. Con tanto traslado durante los últimos años no sé dónde parará la bandera. Lo sí que sé seguro es que el 10 de agosto es que iré a Ezcaray a descansar unos días.
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– ¿Seguirá ligado al hockey después de su retirada?
– Sí. Lo que no quiero es tener obligaciones que signifiquen pertenecer a un equipo, ya sea de alto rendimiento o no. Lo que toca es disfrutar de mi día a día, vinculado al deporte pero también a la familia.
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