Sergio Rodríguez se apoya en el poste de la portería en los últimos minutos de la sesión de ayer. Fernando Díaz
U.D. LOGROÑÉS

«Cuando cogí a la UDL, la responsabilidad era mayor por el peligro de descenso»

Sergio Rodríguez cumple su primer año en el banquillo de la UDL. Un tiempo en el que el equipo ha pasado de pelear por salvar la categoría a volver a soñar con el ascenso | El preparador admite que le gustaría ver a la UDL en el fútbol profesional por todos aquellos que no lo han conocido

Jueves, 22 de marzo 2018, 11:58

Acaba el entrenamiento en el Mundial'82. El primero de la semana. La nieve, que no el sol, da la bienvenida a la primavera. Hace un año, Rafa Berges era destituido tras perder en casa contra el Albacete. Sergio Rodríguez reaparecía en escena tras una primera comparecencia de dos encuentros. Ha pasado un año desde aquel momento y el técnico asegura que su vida ha cambiado poco. Ni siquiera sus sueños se han visto alterados. Imagina a un club en el fútbol profesional, con una ciudad deportiva en la que educar deportiva y humanamente a niños y con unir en torno a la UDL a desencantados, indecisos, apasionados y unas generaciones que no han conocido el fútbol profesional en Logroño. Ambición se llama eso.

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- El 21 de marzo del pasado año se hacía cargo de la UD Logroñés de manera definitiva. ¿Cómo ha vivido este año que ha pasado ya en el banquillo... y lo está viviendo?

- He vivido bien. Lógicamente, ha habido momentos para todo, buenos, no tan buenos... pero en general la experiencia está siendo positiva y enriquecedora.

-¿Va todo demasiado deprisa?

- Quizá el año pasado fue más deprisa, porque pasé de entrenar en categoría Juvenil a hacerlo en el primer equipo, en el conjunto de tu ciudad. Ahora mismo, todo está más normalizado, como una profesión más.

-¿Se asemeja en algo la vida del futbolista a la del entrenador?

- Es muy diferente, porque la responsabilidad y las horas de trabajo lo son, si bien las sensaciones sí que son más similares. La gran diferencia reside en que te toca gestionar el grupo y, sobre todo, tomar decisiones. Cada día que pasa te comes más la cabeza y te cuesta desconectar mucho más, pero yo intento desconectar, porque no es bueno estar todo el día inmerso en el fútbol.

-¿En qué nota que ha cambiado su vida?

- Cuando cambias tu trabajo, cambias tu vida. Es verdad que antes entrenaba, pero era con niños y ahora es con hombres y, además, estás más expuesto mediáticamente. A nivel personal no me ha afectado el cambio profesional. Sigo haciendo lo mismo que antes de asumir el cargo e incluso desde que era niño.

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-Ahora que sabe lo que se siente dirigiendo en una categoría semiprofesional. ¿Se ve dando continuidad a su carrera, incluso en banquillos de fuera de La Rioja?

- Procuro no pensar mucho en el futuro, sino vivir el presente y centrarme en él. Este año tenemos un reto muy bonito con la UD Logroñés, que es el equipo de mi ciudad. Me gusta entrenar, aunque hasta que no lo pruebas no sabes cuánto te puede gustar. A mí me apasiona.

- «No estaría aquí si no creyera en la permanencia», dijo el 21 de marzo del pasado año. ¿Cree ahora con igual fuerza en la clasificación para la fase de ascenso?

- Lo creo. No tengo la varita mágica para saber si lo conseguiremos o no, pero tanto los jugadores como yo creemos en esa posibilidad. Sabemos que es complicado, que quizá está ahora algo más difícil, que queda poco tiempo, pero también somos conscientes de que este equipo compite en todos los encuentros. Más allá de los resultados, hemos sido superiores al rival en muchos encuentros, lo que permite creer en este equipo.

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-Para usted aceptar el reto fue una oportunidad y una responsabilidad. ¿Siente que sigue siendo igual o ha aumentado la responsabilidad?

-Más allá de mi comportamiento como entrenador, coger al equipo el año pasado era una responsabilidad por todo lo que se estaba jugando la UD Logroñés como club. La situación era muy difícil y el descenso hubiera sido un palo tremendo para la institución y para la ciudad. La responsabilidad era mayor, en este sentido, pero se mantiene esta temporada.

-¿El descenso hubiera acabado con la vida del club?

- Creo que no, pero tampoco lo puedo afirmar con seguridad. Félix Revuelta es una persona que siempre ha apostado por la UD Logroñés y que cuando las cosas no van bien, siempre expone su visión más positiva. En los momentos malos siempre ha estado.

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-Su equipo y usted generaron una enorme expectativa con resultados magníficos y un fútbol impropio de la categoría. ¿Se han convertido en un lastre para trabajar con mayor calma?

- Para nosotros, no. Los últimos ocho partidos de la pasada campaña fueron muy buenos, porque ganamos siete, pero sabíamos que era imposible mantener ese ritmo. Comenzamos bien la nueva campaña, pero sabíamos que sería larga. Hemos cometido errores, pero creo que ha habido más aciertos que fallos. La UD Logroñés tiene una personalidad y compite, pero es verdad que no hemos sumado todos los puntos que creo que por juego merecimos. Ahora bien, tampoco tenemos una varita mágica para ganar.

Vídeo.

-Cumple un año en el banquillo, pero llegó a él en noviembre. ¿Por qué en su primera oportunidad descartó continuar y aceptó en la segunda proposición?

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- No lo descarté ni dije no al club. Sí que advertí que cogía al equipo pero no iba a dejar el colegio. Yo tenía un compromiso con Escolapios y con los niños de los que era tutor. Si se podían adaptar las dos situaciones, yo no tenía problema en entrenar a la UDL. Decidimos que igual no era lo mejor porque suponía trastocar mucho los horarios y los hábitos de los jugadores. A mí me iban a tener siempre, pero teniendo en cuenta que no iba a dejar el colegio a mitad de curso porque yo tenía un compromiso con él y me gusta cumplir lo que digo.

-¿Perder en Zubieta ha sido algo más que una derrota?

- Creo que es una derrota asumible y que puede entrar dentro de la lógica si tenemos en cuenta el rival al que nos enfrentábamos y las circunstancias que se dieron. He escuchado que ha sido nuestro peor partido. Yo lo he vuelto a ver y no creo que sea así. Es verdad que no tuvimos la posesión que acostumbramos, pero de dominio de juego, que no de pelota, el encuentro estuvo bastante parejo. La expulsión nos mermó, aunque pudimos empatarlo. Los últimos minutos y con nueve ya era todo muy diferente. Quizás la gente no se acuerda, pero encaramos el partido de la misma manera que en la primera vuelta y ganamos 3-1. Podríamos haberlo hecho de otra forma, es verdad, pero tuvimos el cuero menos de lo esperado.

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-¿Tiene explicación haber perdido tantos puntos frente a rivales muy inferiores, clasificatoriamente hablando?

-Nos ha faltado acierto. Es la principal carencia. Y en algunos momentos, no hemos tenido la fortuna necesaria. En el fútbol es algo que puede pasar, lo anormal es que nos haya sucedido en tantas ocasiones porque al final de una temporada este deporte da y quita. No es una excusa, porque hemos cometido errores y no hemos estado bien en las áreas en un tramo de la liga. Aun así es cierto que nos hemos dejado muchos puntos ante ese tipo de rivales que otros conjuntos sí han sumado. Con seis o siete puntos que hubiéramos logrado, estaríamos mucho más arriba en la clasificación.

-El sábado llega a Las Gaunas el Real Unión, equipo que le hizo explotar dialécticamente. Reconoció después que se escuchaba y no se reconocía.

- Tengo mal recuerdo de aquel partido porque ellos estaban en un mal momento y nosotros en uno bueno. Usé una palabra agresiva en rueda de prensa, pero se interpretó de manera diferente dentro del vestuario que fuera. Los jugadores me conocen y saben que en lo malo estaré por delante de ellos. Si a alguien se tiene que llevar por delante el toro es a mí. Si los jugadores son honrados en el trabajo siempre les voy a defender.

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-¿Teme que el aficionado se canse de promesas de ascenso después de nueve años?

- El aficionado tiene que entender que sólo cuatro clubes ascienden de los ochenta que juegan cada año. La UDL tiene que marcarse siempre el objetivo de jugar el 'play off' y a partir de ahí, trabajar. Yo espero que la gente no se canse, porque si todos vamos de la mano será más sencillo. Creo que la ciudad y el club se lo merecen y estoy convencido de que el ascenso llegará, pero hay que recordar que entidades con mucha más historia han necesitado años para salir de Segunda B. Ojalá podamos dar el ascenso a todos los que quieren a la UDL, pero no lo podemos prometer.

-¿Qué necesitan para dar el salto de calidad definitivo?

- Es que si supiésemos exactamente lo que necesitamos...

- Vale, ¿qué les falta?

- Este año, ese punto de acierto y de fortuna en algunos partidos. Y también, no haber cometido fallos porque el fútbol es un deporte de errores. Para ascender es necesario unir muchas cosas, pero creo que el club está trabajando bien y que tenemos una plantilla muy competitiva. Se han firmado a muy buenos jugadores... y se ha errado, pero de qué depende ese fallo: del jugador, del entrenador, del director deportivo, de la ciudad, del entorno... ¿Cuál es el problema? Hay ocasiones en los que el entrenador no sabe optimizar a un futbolista o que éste llega de hacer una gran temporada y no rinde igual en su nueva etapa.

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Fernando Díaz

-En esta ciudad y en esta tierra hay una palabra que se repite mucho: referente. ¿Es posible ser referente de una región estando en Segunda B?

- Para unos, sí y para otros, no. Nosotros intentamos ser referentes en una forma de trabajar desde las categorías inferiores hasta el primer equipo. Somos el club de mayor categoría y entiendo que somos el referente, pero para mí es más importante el trabajo del día a día y la metodología.

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- El 23 de marzo del 2017, la UDL cerró el fichaje de Coulibaly. ¿Es factible repetir o el mercado no lo permite?

- Trabajar, trabajamos y si llega una opción que nos encaje, estamos abiertos a la incorporación. Sin embargo, llevamos meses peinando el mercado y no hemos encontrado lo que necesitamos, porque no podemos fichar a un jugador que necesite varios meses para adaptarse o coger la forma adecuada. Estamos contentos con lo que tenemos y si necesitamos, adaptaremos a alguno de nuestros jugadores a esa demarcación.

-A los jugadores de casa siempre se les mira con una lupa de mayor aumento; a los técnicos, también. ¿Se siente querido?

- Sí, al menos por la gente que está en el club y también por mucha gente con la que me cruzo en la calle. Me trasmiten ánimos, pero eso no quiere decir que vayas a dejar de recibir críticas. Hay momentos en el que son lógicas y en el fútbol todos tenemos un entrenador dentro. Procuro ser equilibrado en este sentido, pero sí es cierto que noto el cariño de la gente, su respaldo... Vivo aquí y seguramente seguiré viviendo muchos años, por lo que para mí es muy importante el cariño y la educación de esa gente.

-Usted ha vivido un ascenso a Segunda con el Lleida y a Primera con la Real Sociedad. ¿Cómo explicar lo que supone el fútbol profesional para una ciudad o región?

- Supone riqueza, bienestar, ilusión, vida para la ciudad... Cuando ascendí a Segunda con el Lleida lo noté. Con la Real, mucho más, porque su tradición futbolística es enorme. El ascenso es un plus para la ciudad y también haría que los indecisos se decidieran por sumarse al proyecto. Hay muchos niños que no saben lo que es el fútbol profesional porque no lo han vivido. Veo generaciones que sienten intensamente el fútbol en Segunda B y pienso en cómo lo vivirían con un equipo en Segunda. Hay gente desencantada con todo lo que ha pasado y lo entiendo, pero me encantaría que nos apoyasen y disfrutasen del fútbol profesional. Los que lo viven con entusiasmo, los desencantados y los que no lo han conocido. Todos.

- Usted fue uno de los jugadores a los que le atrapó el desastre que firmó el Logroñés en el año 2000 y ya no volvió a jugar en La Rioja hasta que firmó por la UDL en el verano del 2010. ¿Ha aprendido algo esta ciudad en los últimos 18 años?

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- Creo que sí. Hemos pasado por unos años en los que la situación del fútbol no era buena, con problemas, con la desaparición de la UDL y con la aparición de otros equipos, pero creo que ahora estamos en un momento más estable. A la UDL se le conoce ya fuera y hay mucha gente que está loca por venir al club porque el trato es bueno y se paga puntualmente, que es muy importante en este deporte. Las nuevas generaciones tienen ganas de fútbol y estamos encantados de que apuesten por nosotros.

- ¿Sería un fracaso personal dejar el banquillo de la UD Logroñés sin haber logrado el ascenso?

- No me gusta la palabra fracaso, pero sí que sería una desilusión personal porque mi objetivo es lograr algo importante con el club de mi ciudad. El fracaso es algo que no entrará en mi cabeza mientras no me dé por vencido. La palabra fracaso es mucho más que no lograr un objetivo.

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