Punto no apto para cardíacos para el Ciudad de Logroño en un partido loco

Preciado vuelve a estar inspirado en el último segundo. Ya marcó en Cangas para que los de Velasco vencieran 29-30.

La primera parte del choque estuvo caracterizada por el elevado número de goles y la igualdad. El Ciudad de Logroño comenzó jugando con su esquema habitual, intentando aplacar los ataques de Valladolid. Pero ayer no era el día de la defensa y la portería franjivino. 19 goles encajados en una primera parte es una barbaridad. 40 al final, otra.

Velasco intentó sorprender a Pisonero y apostó por un ataque con dos pivotes, Modi y Uríos, jugando sin portero. Pero no surtió el efecto deseado y con 7-5 en contra volvió al clásico 3-3 ofensivo.

El juego de los riojanos era a ráfagas, con fogonazos de Pergel, Zarzuela, Preciado y unos buenos minutos de Cadarso que llegaron a poner al equipo por delante (10-11).

Sin embargo, los numerosos errores en ataque y en el lanzamiento a portería lastraron a los riojanos que vieron cómo Valladolid le daba la vuelta al partido.

En defensa Uríos y Thiago formaron en el centro pero no estuvieron tan coordinados como en otros partidos. Tampoco Ledo se acercó a los números que tiene acostumbrados a los seguidores riojanos. Con este panorama el Ciudad de Logroño se marchó a los vestuarios con dos tantos de desventaja (19-17) después de desperdiciar el último ataque con otra nueva pérdida de balón.

Le tocó remar a los franjivino al inicio de la segunda parte ya que Valladolid adquirió una renta que oscilaba entre dos o tres goles y que los de Velasco no podían recortar. Tuvieron que esperar al ecuador del segundo periodo (m.46) para ver de nuevo una igualada en el electrónico 30-30. Llegó tras la primera parada de la segunda parte de los riojanos y una contra de Zarzuela.

Lesión de Pergel

Hasta entonces Velasco había probado con Mezaza en portería. Pero no tocó ni un balón y regresó Ledo a portería. Y cambió la defensa a 5-1 para sorprender a los locales, aunque solo fueron unos cuantos ataques. También Valladolid apostó por esta defensa con avanzado hasta el final.

Sin Rivero y con Javi García tocado, la mala fortuna se cebó con los riojanos que perdieron a un activo Pergel a ocho minutos de final. Y a partir de entonces el partido entró en una batalla cuerpo a cuerpo, en una montaña rusa de emociones. Hubo intercambio de goles, expulsión tonta de Zaja, goles de El Korchi casi imposibles, una defensa riojana contemplativa e indolente en el 40-39 del Valladolid y el gol de Preciado. No apto para cardíacos.