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El fallecimiento de Juan Bernabé en noviembre del 2024 dejó descabezado al Club Baloncesto Clavijo. La entidad capitalina perdió a su presidente y una ... de las figuras más importantes de su historia. Félix Sanz, que forma parte desde hace ya seis años de la directiva del club logroñés, ha tomado el relevo junto a un equipo de trabajo que incluye nuevas incorporaciones. Nada de lo que asume ahora le va a resultar nuevo ya que trabajaba desde hace tiempo mano a mano con Bernabé.
- Lleva ya años dentro de la directiva, pero ¿en qué cambia su nueva situación como presidente? - En principio no cambia nada. Me ha tocado, vamos a decirlo así, porque alguien tenía que ocupar la posición y se ha decidido que sea yo. Cambia muy poco. En el Clavijo, en la directiva en los últimos seis años no se ha decidido nada que no sea por unanimidad. No hay votaciones, pero es que se hace así, por unanimidad.
- Toma el relevo de Juan Bernabé. ¿Quién era en el Clavijo y cuánto le va a echar de menos?
- Yo creo que nunca dejaremos de echarle de menos. Era y significaba tanto, no solo para el club, sino para el grupo de personas que hemos estado ayudándole a él. A veces miras para otro lado y dices, ¿ya merece la pena todo esto que hacemos? Pero le veías a él y te arrastraba. Era así cuando jugábamos con él en la pista, hasta el último momento, cuando estaba bien de salud. Y ha sido así siempre. Una persona empática donde las haya y muy de su Clavijo y de ayudar a cualquiera que lo necesitara. ¿Cómo no vas a dejar de echar de menos a una persona así?
- ¿Qué frentes abiertos se encuentra ahora esta directiva a corto y medio plazo?
- Lo que tenemos previsto hacer a corto plazo es, como se ha ampliado el número de los participantes en la directiva, hacer una división de tareas para poder ser un poco más profesionales. Somos pocos, hacemos muchas cosas, y el poco tiempo que nos sobra vamos a dividirlo para que haya más personas que participen y podamos hacer las cosas un poco mejor.
- Esta directiva, como la anterior, debe hacer frente a una deuda muy elevada.
- Bueno, esa deuda se arrastra desde más de 25 años, una deuda que era muy elevada.
- ¿Se sabía hasta dónde llegó esa deuda?
– Yo creo que esa deuda, según palabras de Juan aunque tampoco me he molestado en ver al detalle, llegó a ser de más de un millón de euros. Se fue trabajando año a año, hablo de hace 25 años, y se llegó a rebajar a 600.000, pagando, obviamente, devolviéndola. Luego se llegó a un acuerdo con Bankia, porque eso vino desde Caja Rioja, luego Bankia y ahora La Caixa, para hacer una condonación de la mitad. Ahí estamos, y se va pagando la otra mitad. Negoció muy bien la directiva anterior para aplazar la deuda a un vencimiento largo, más de 30 años.
- ¿Y cuánto queda todavía por pagar?
- Quedan veintitantos años para pagar la deuda que, no me acuerdo ahora de memoria, ahora mismo es de algo más de doscientos mil euros.
- ¿Es asumible?
- Bueno, es asumible en los presupuestos que nos movemos en la categoría.
- ¿Y esa deuda al final acaba lastrando al primer equipo?
- Yo no creo que tenga que ver la deuda con el primer equipo, porque la cuantía no es muy grande anualmente.
- ¿La tranquilidad se alcanzará cuando se acabe de pagar?
- Los problemas que pueda tener, deportivos o no, el primer equipo vienen más dados por el presupuesto en sí que por una deuda que diferida en 30 años no es tanto. La deuda es un inconveniente que tienes, pero realmente, por ejemplo, el año pasado en Primera FEB fueron más los inconvenientes por el presupuesto que manejábamos. Ahí le afecta poco la deuda.
- Hablando de presupuestos, algunos critican las subvenciones que cobra el Clavijo del dinero público por elevadas.
- Si analizas el mapa nacional, cada comunidad funciona de una manera, cada entidad local funciona de una manera. Para el Clavijo siempre es poco lo que nos dan y otros dirán que es mucho. Al final nosotros nos basamos en un presupuesto y llevamos seis años cumpliendo con él. Es decir, cuando nos falta algo, pues a algunos nos toca ayudar. Mucho o poco, esto es relativo. Yo siempre he denunciado que el deporte semiprofesional desaparecería si de la noche a la mañana se quitan las ayudas públicas. Y no me gusta este modelo, aunque no digo con esto que no soy agradecido. Estamos muy agradecidos a todas las ayudas y ojalá vengan más para nosotros y para los demás. Pero no es muy lógico. Al final la ley de mecenazgo española y europea no es muy lógica, no da muchas alternativas para un empresario, no tienes muchas ventajas si tú la comparas con los Estados Unidos. Aquello es el paraíso y permite más libertad.
Aquí estás condenado, hagas lo que hagas, hagas mucho o poco, a las ayudas. En otros países con esa legislación, si tú te mueves, oye, renta, como dicen los jóvenes ahora. Pero aquí no y entonces estás supeditado a las ayudas.
- Esta es una directiva continuista, hay gente que ha estado de una manera u otra toda la vida en el Clavijo. Aparte del dinero, ¿cuál es la filosofía que se ha marcado para la supervivencia del Clavijo?
- Pues no hay que pensar demasiado. Al final, tú tienes un presupuesto, que te puede parecer mucho o poco, y compites en una liga con otros presupuestos. Sabes los jugadores a los que puedes acceder, pero el objetivo va directamente con el ADN del Clavijo, que es desarrollar a los jugadores jóvenes. Un gran porcentaje de los jugadores del primer equipo son jóvenes y son nacionales. El año pasado el clavijo era el equipo con más nacionales de toda la competición. Es nuestra apuesta. ¿Puede ser porque nos guste? Sí, pero también porque tu presupuesto te empuja también a hacer esto.
- Sale el Clavijo de un 2024 duro, con descenso, el fallecimiento de Bernabé, con una temporada que empieza que parece que el equipo va a estar arriba pero acaba colista... ¿En 2025 toca seguir sufriendo?
- No creo que haya habido un año que no haya sufrido, pues por mi naturaleza, pues sufro en cada partido. Sí que es verdad que sabíamos lo que hacíamos cuando aceptamos la oportunidad de competir en el LEB Oro. Sabíamos la complejidad que tenía, pero era un examen también para nosotros mismos, para la ciudad, para la comunidad... Es un aprendizaje buenísimo. Teníamos muy claro el nivel de nuestro presupuesto con respecto al resto y fue satisfactorio porque el aprendizaje lo tuvimos, con cantidad de partidos muy bonitos, muy competidos, rivales extraordinarios que dio gusto verlos por aquí. El equipo compitió con sus limitaciones y descendimos. Era una de las probabilidades que sabíamos a principio de temporada que podía ocurrir. ¿Hicimos lo posible? Pues sí. Descendimos merecidamente, no hay duda, y también nos valió para darnos cuenta de que es muy complicado llevar gente al Palacio y habrá que encontrar otra fórmula pero es muy complejo.
- ¿Cuál es el techo del Clavijo?
- El nivel de Segunda FEB, hoy por hoy, es el del Clavijo mientras, poco a poco, vayamos creando afición, porque no podemos tener un equipo en ACB con mil aficionados en las gradas, no tiene ningún sentido.
Cuando subimos a Oro, sabíamos de antemano lo que había y decidimos dar ese paso. Si se volviera a repetir la situación de ascender por vía despacho y con el conocimiento que tenemos ahora, pues hablo como Félix Sanz y no por la directiva, yo preferiría no ascender. Si ascendemos deportivamente, ya es otra cosa. Pero ese ascenso del año anterior, aunque el mérito deportivo existía pero no fue un ascenso directo... Tendría que pasar más tiempo, consolidar una afición, tener el proyecto mucho más estable para volver a hacer esto. Ya hemos estado un año, hemos aprendido, es suficiente.
- ¿Merece la pena aunque se suba deportivamente?
- La afición estuvo, pero no es la respuesta de otras ciudades. En el presupuesto de San Pablo, por ejemplo, los 8.000 abonados son una parte de su presupuesto enorme. En el Clavijo, no. Entonces ya partes con desventaja.
-¿Por qué no va más gente al Palacio?
- Nuestro querido Juan siempre me lo decía «Félix, si ganamos va la gente». Obviamente, si ganas la gente se anima más, porque todos somos de caballo ganador, pero yo creo personalmente que es un tema de cultura, cultura regional, no hay una cultura deportiva, no hay un sentimiento de afición. No digo todos, porque es imposible generalizar así, pero un gran porcentaje de nuestra afición son padres de niños y niñas del club. Muchos de ellos, no todos, son del club porque son sus hijos y siguen siendo del club mientras lo son sus hijos. El día que sus hijos lo dejan, ya no son del club y se van a otro. Lo entiendo y lo respeto, pero es muy complejo generar una afición, un sentimiento de pertenencia a un club y si no lo haces con tus clientes más afines, que son los de tu cantera, difícilmente lo vas a hacer con aquellos ajenos al deporte, a nuestro deporte. Entonces creo que es un problema cultural. Somos más de eventos que de sentir una camiseta, un escudo. Pasa en el propio fútbol y, si pasan en el fútbol, ¿cómo no va a pasar en los demás deportes?
- El acuerdo en verano con el Baskonia fue una apuesta novedosa y arriesgada. ¿Cómo la valora ahora mismo?
- A día de hoy yo creo que es una experiencia positiva para el club porque los intereses son comunes. Es un convenio que estaba bien pensado al principio. Si en vez de tener este balance de victorias y derrotas hubiéramos tenido otro, pues no habría habido ningún rifirrafe, vamos a decirlo así. Pero al final, tanto Baskonia como nosotros queremos que Clavijo compita y siga hacia arriba y juegue el 'play off' de ascenso. Ese es el objetivo de ellos y el nuestro. También coincidimos en el objetivo de desarrollo del talento joven y esto tiene sus riesgos porque, al final, alguien tiene que dar la oportunidad a estos jugadores y el talento joven es carente de oficio, de esa experiencia. Tiene estos riesgos y a veces cuesta más ganar a un equipo ya rodado. Lo sabíamos y yo creo que el convenio es una buena idea, lo seguimos pensando todos, aunque hay cosas que pulir.
- ¿Valora entonces mantenerlo?
- Vamos a esperar a que acabe la temporada pero, por nuestra parte y tal como están las cosas ahora, que están más unidas que nunca, nos parece una buena fórmula.
- Quizás lo más controvertido fue el hecho de ceder el entrenador a un club de fuera porque al final, es el técnico el que transmite la filosofía del club.
- Puede ser. Pero es lo que decía antes, si con el primer entrenador, con Jorge Serna, los resultados hubiesen sido muy favorables, ese problema no existiría. ¿Qué ocurre? Que cuando tú ves que el equipo no compite, que les cuesta mucho, pues al final vas a la solución. Y estos cambios generan, tal como está concebido el convenio, unos plazos que el Clavijo no tiene. Y de ahí vienen unas tiranteces que se han resuelto con una buena solución. Con Ricardo Úriz estamos muy contentos, él entiende el ADN del club, sus necesidades, es un chico muy afín, muy cercano, ha hecho una muy buena piña con los jugadores y el ambiente es inmejorable. Ahora va poco a poco el equipo compitiendo mejor. Pero tenemos que ganar. La situación actual es inesperada, pero totalmente justa. Es así.
- El equipo está en descenso. ¿Piensa en lo peor?
- Creemos fehacientemente que el equipo se va a salvar y que podremos preparar la siguiente temporada con tiempo y con las cosas mucho más claras. Por talento, por la química que tienen ahora, por el nivel de entrenamiento y la exigencia, que ha subido exponencialmente, confiamos en ello. Luego, hay que jugar los partidos y hay que ganarlos. No vale solo con ganarlos de casa. Este año, tal y como están las clasificaciones, hay que lograr once victorias sí o sí. Somos optimistas, porque no podemos decir lo contrario. Y hay que empezar este domingo.
- Habla muy bien de Úriz. Si el equipo se salva, ¿apostarían por su continuidad?
- A mí me parece una buena apuesta. Pero es un tema que habrá que ir valorando. También ver lo que él quiere hacer y lo que quiere Baskonia. La verdad es que la relación con él es extraordinaria.
- Ha llegado Caleb Fields y Ricads Vanags. ¿Continuará el letón tras el mes de prueba y cómo se han integrado al vestuario?
- Sí, por el momento se queda. Tiene un periodo de prueba, pero el chico funciona muy bien. Y parece que se ha integrado bien también. Cuando el ambiente es bueno, la integración es muy rápida.
- ¿Cómo debe estar conformado el primer equipo de un club como el Clavijo?
- Si puedo pensar y soñar, a mí me encantaría que hubiera seis jugadores de la cantera y otros seis que tengamos que traer para poder competir. Ese es el sueño por el que nos movemos. No tiene ningún sentido mantener, con todo el trabajo que nos lleva y el esfuerzo en todos los sentidos, un equipo de foráneos de manera permanente. Eso lo podemos ver en el Buesa Arena, que está a 45 minutos de aquí. Nuestro objetivo es este. Costará lo que cueste y es mucho más de lo que pensábamos. Ese es el objetivo de la directiva de este club.
- Si el equipo descendiera, ¿la filosofía de Clavijo se seguiría manteniendo?
- No es el momento de plantear esto, pero la filosofía de cantera, por supuesto que sí, porque creo que es lo que tenemos que hacer. Al final, La Rioja es una comunidad exportadora de jóvenes estudiantes, entonces tú puedes querer construir muchas cosas, pero luego depende de que los críos se queden, no es importadora. El caso de Hugo Arbosa, jugador del primer equipo, es la excepción de un chico con talento, por desarrollar, que viene a estudiar aquí. Yo creo que no es el momento de plantear qué ocurriría si el equipo desciende, porque tiene muchas connotaciones, pero el trabajo de abajo seguiría siendo el mismo. No puede ser de otra manera.
La ventaja de tener un equipo en Segunda FEB o en EBA es que tú tienes la potestad de dar la oportunidad a tus jóvenes. No tienes que pedirle a nadie favores. Me explico, un joven que tiene cierto talento, ilusión, y se compromete, y el chaval vale, si no está en un club que tiene estas posibilidades, tiene que buscarse la vida fuera. La ventaja de tener un equipo en categoría EBA, que quizás es más acorde al nivel de nuestros jóvenes, o en Segunda FEB o en Primera FEB, es que depende de ti. Tú decides si a este crío le das la oportunidad o no, luego él la aprovechará o no. No depender de nadie para dar oportunidades a tus chavales es muy grande. Luego hay que hacerlo, dar esas oportunidades y que los chicos cumplan. Si no estás en Segunda FEB y estás en EBA, pues bueno, habría que plantear qué hacer, pero la filosofía es la misma.
- El club sigue su proceso de profesionalizar la estructura.
- Es una pregunta complejísima de responder porque la profesionalización de un club requiere profesionales y a los profesionales hay que remunerarles. Cuando tú no tienes presupuesto, tú no puedes contratar a un montón de técnicos que te harían falta para desarrollar, como a ti te gustaría, tu cantera. Y tienes que hacerlo de la mejor manera que puedes. O sea, a veces de la manera rápida, o no tan rápida, pero con lo que tienes. Y poco a poco ir cambiando esto.
Entonces, estamos trabajando en la formación de los entrenadores. Hoy, por ejemplo, en el club tratamos de que todos los equipos compitan de igual manera, tengan los mismos patrones de juego, defensivos y ofensivos, que los entrenadores no se sientan entrenadores de un equipo, sino entrenadores de club. Eso es un cambio radical. Ese tipo de formación global cuesta mucho, pero lo estamos haciendo. Y ahí Jenaro Díaz, por ejemplo, nos está ayudando un montón con esta filosofía.
Si los equipos entrenan parecido y juegan de la misma manera, subir a un cadete al Júnior, pues es mucho más fácil en aras de que se pueda desarrollar mejor. Complejo es. La mejor manera es profesionalizar el club, pero para eso hay que tener un presupuesto que no tenemos.
- Son el referente del baloncesto riojano desde hace muchos años. ¿Cómo trabaja el Clavijo dentro de ese ecosistema regional?
- Nosotros tratamos de ser el referente del baloncesto riojano no por tener un equipo arriba. Ese no es el objetivo. Eso está y punto. Tratamos de ser el referente en el resto de cosas que dependen sólo de nosotros. Es decir, cada día miramos más de puertas para adentro, para mejorar nuestra gestión de la cantera y la formación de nuestros chicos y chicas de un año a otro sin parar, aunque avancemos poco, pero avanzar, avanzar, avanzar... Yo creo que se están haciendo muchísimas cosas, unas se ven, otras no. Del resto de clubes no puedes tener el control.
El baloncesto riojano es muy particular. No es sencillo llegar a acuerdos con casi nadie. Porque al final cada uno, y es respetable, tiene su libro, lo defiende y, en muchos casos, no hay un objetivo común. Y no pasa nada tampoco porque no hay opción. ¿La relación con otros clubes? Pues depende. Somos un club que escucha a quien nos quiere proponer algo e incluso proponemos, tenemos acuerdos verbales y no verbales con otras entidades, pero es complejo. Es complejo porque no existen unas competiciones muy profesionales, entre comillas, entonces cada uno tiene su proyecto y todos son respetables.
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