Unos operarios preparan los mazapanes para su empaquetado. JUSTO RODRÍGUEZ

Mazapanes

Comenzó la campaña navideña

Las empresas riojanas ya han comenzado la producción de unos dulces que estarán presentes en todas las mesas durante las próximas navidades, pero que cada año hacen antes su aparición en los lineales de los supermercados

César Álvarez

Logroño

Sábado, 6 de septiembre 2025, 08:21

La historia de Dulces El Avión alcanza ya casi los 100 años (fue creada en 1928). Durante la mayor parte de su andadura, esta empresa ... que nació casi simultáneamente a la inauguración de la base aérea de Agoncillo –de ahí su nombre– estuvo dedicada casi en exclusiva a la elaboración de 'pastillas de café y leche'.

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Fue en 1972, cuando la empresa se traslada al Polígono de Cascajos cuando El Avión comienza con la elaboración de mazapanes de Soto, en un intento de ampliar su mercado y después de haber añadido a su producción inicial tanto nuevas variedades de toffes como frutas bañadas en chocolate.

Ahora, en un mercado globalizado, donde la competencia en el mercado de las golosinas es feroz y el consumo de los tradicionales toffes ha descendido, aunque sigue manteniendo su nicho vintage, los dulces navideños (mazapanes, frutas bañadas en chocolate y cerezas rellenas de brandy) constituyen ya el 50% del negocio de El Avión, y en ello, los mazapanes constituyen la parte más importante.

Cada día, durante la campaña del mazapán, se produce una media de 52.500 unidades

Los que se comenzarán a consumir dentro de unas semanas y estarán presentes en todas las mesas durante la Navidad, se comenzaron a elaborar ya el pasado 16 de agosto, y su producción se alargará hasta prácticamente el Puente de la Inmaculada, según revela Mila Castroviejo, gerente de la empresa.

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Un trabajador saca a enfriar los mazapanes tras su paso por el horno. Justo Rodríguez
Embolsado de las cerezas con chocolate. Justo Rodríguez
Mila Castroviejo con el avión. Justo Rodríguez

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Su proceso no es complejo, aunque sí requiere tiempo, y exige ser especialmente cuidadoso porque «el 50% del mazapán es almendra, y ese es el alérgeno más peligroso que existe. Hay que tener mucho cuidado en que no contamine el resto de la empresa y pueda llegar por contacto a algún otro producto», explican.

Ese peligro se visualiza fácilmente en la planta. El área de elaboración de los mazapanes está completamente cerrado, para entrar a las medidas de higiene propias de toda la planta (batas, gorros, calzas, e incluso mascarillas para los que tienen barba) se une otra aún más estricta para ese área: las mismas medidas, pero en color rojo, para que sean desechadas al salir del área restringida, pero al margen de las medidas de seguridad, los trabajadores que elaboran los mazapanes aseguran que no es un proceso difícil.

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Sin patata

Comienza con la hidratación en agua –durante noventa minutos– de la almendra, que se compra en España y Portugal. Cada treinta kilos de almendra hidratada darán lugar a sesenta de mazapanes, «porque el mazapán de calidad suprema como el nuestro, no lleva patata. Eso es algo que se había antes, en las casas, porque la patata era más barata que la almendra», advierten.

Una vez hidratada, el fruto seco se tritura y posteriormente se refina para obtener una pasta, que en la batidora se mezclará con el azúcar y si es necesario, algo de agua para obtener la textura necesaria.

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Después esa masa se dejará reposar, para que se asiente, un bandejas durante un periodo que puede variar entre las 24 y las 48 horas. El siguiente paso será dar forma a esos mazapanes en la moldeadora y pasarlos al horno. La dificultad aquí, según explican los profesionales, «está en encontrar el punto entre el sellado externo con ese tostado, que quede bien cocido, pero sin perder la jugosidad interna». Ahí juega un papel importante la presencia o no de la oblea. «Nosotros no le ponemos, porque es algo que absorbe humedad y reseca el mazapán. Hay otras firmas que sí que la utilizan. Eso va en gustos, pero nosotros creemos que así queda mucho más jugoso», señalan en El Avión.

Una vez que está ya cocido y casi tostado por fuera, el mazapán se pinta manualmente con azúcar y se empaqueta para poner el broche dulce a las comidas y cenas navideñas.

52.500 mazapanes producidos cada díade agosto a diciembre

El mazapán es un producto totalmente estacional. Desde que el 16 de agosto, El Avión puso a funcionar su maquinaria para elaborar mazapanes hasta que –en torno al Puente de la Inmaculada– la apague, estará produciendo una media de 52.500 unidades al día, o lo que es lo mismo, 1.500 kilos de mazapanes de Soto cada jornada (cada kilo suele contar con 32 unidades). El inicio de la campaña lo suele marcar la llegada de la almendra, mientras que el final, lo señala el mercado.

Para el periodo de producción del mazapán, la empresa refuerza su plantilla durante la campaña navideña, en la que –además de los mazapanes– también se elaboran otras frutas cubiertas de chocolate, como es el caso de las guindas.

Aunque el mazapán está presente en toda España durante la Navidad, es en el norte del país donde más se aprecia. «Nosotros donde más vendemos es de Madrid para arriba», señala Mila Castroviejo, gerente de la empresa, quien también comenta que «las frutas bañadas en chocolate y las cerezas, es algo que se consume todavía más al norte. Ni siquiera en Madrid, sino en las provincias más norteñas».

En cualquier caso, Mila Castroviejo reconoce que, «aunque lentamente», se van dando paso para que los mazapanes puedan disfrutarse en otros países y ya se ha hecho pequeñas ventas en el extranjero, pero abrir esos nuevos mercados «exige un gran esfuerzo humano y económico», reconoce.

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