Enoturismo

Castillo de Cuzcurrita Cautivos del viñedo

Practica una viticultura ecológica y sostenible y prima la calidad frente a la cantidad, por lo que su producción depende de cómo se comporte la viña cada año. En sus parcelas de tempranillo y viura se levantan cepas con edades comprendidas entre 25 y 100 años

Sábado, 20 de julio 2024, 11:46

Al más puro 'chateâu' francés, Bodega Castillo de Cuzcurrita encumbra el municipio donde en el siglo XIV se levantó este palacio fortificado. En total cuenta ... con 16 hectáreas propias, de las que 6,5 rodean la bodega. En ellas se cultivan las variedades tempranillo y viura, en cepas con edades comprendidas entre 25 y 100 años, con dos fincas, el Monte y el Cerrado, catalogadas como viñedo singular. En sus parcelas se practica una viticultura ecológica y sostenible. No en vano, al jefe de cultivos, Rodrigo, le gusta decir que Castillo de Cuzcurrita tiene «un suelo vivo».

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Si la historia del castillo se remonta a siete siglos, la de la bodega apenas alcanza los 24 años. En 1999 los nuevos propietarios tomaron posesión del palacete, remodelando las edificaciones y recuperando su tradición vitivinícola. Y en 2000 elaboraron su primer vino, con uvas procedentes exclusivamente de la finca que rodea el castillo, el Cerrado.

LAS EXPERIENCIAS

  • Visita clásica

  • Recorrido por bodega y viñedo: Se conocerá el origen de la bodega, se visitará el viñedo que rodea la finca. Cata de vinos y picoteo. 1h30, 25€ (30€, fines de semana y festivos).

  • Visita premium

  • Experiencia personalizada en bodega y viñedo con cata de 2 vinos exclusivos y aperitivo tradicional. 1h30, 35€ (40€ fines de semana y festivos).

  • Reservas

  • Correo electrónico: info@castillodecuzcurrita.com

  • Teléfono: 941 32 80 22

«Todo nuestro viñedo es en vaso y lo vendimiamos manualmente, en cajas pequeñas de 20 kilos para evitar que la uva se rompa y lograr así que entre a la bodega sana», explica Juan Díez del Corral, director general de Castillo de Cuzcurrita. Y ahí radica el punto diferencial de la bodega, que apuesta más por la calidad que por la cantidad. Por eso sus producciones las marca el campo, que se cuida con esmero y que marcará el devenir de la añada, merced a su filosofía de abogar por una enología poco intervencionista.

«No nos obsesionan las grandes producciones ni las grandes cifras», admite Díez del Corral

Cautiva de lo que el viñedo brinda, la bodega se centra en producciones pequeñas, «muy enfocadas en la calidad. Es nuestra manera de hacer las cosas», reitera Díez del Corral, mientras camina por la nave de elaboración explicando el recorrido de la uva en la bodega. Toda la instalación ha sido diseñada primando su funcionalidad y operatividad. «Nuestros procesos de elaboración se hacen por gravedad, no utilizamos bombas», aclara.

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En vendimia, colocan una gran mesa de selección, donde depositan la uva antes de su entrada a los depósitos. «Seleccionamos los racimos de manera manual, no solo la uva que destinamos a nuestros vinos más premium», incide. La calidad de la uva la consiguen trabajando mucho en el viñedo. Quienes forman parte de Castillo de Cuzcurrita han hecho suyas las palabras de Ana Martín, enóloga de la bodega: «Sin una gran uva no se puede hacer buen vino». De ahí que su filosofía les lleve a ser «muy poco intervencionistas».

La ubicación y altitud de Cuzcurrita conlleva una vendimia tardía, lo que retrasa también todos los procesos. Previendo las temperaturas frías de esa época, la sala de barricas posee suelo radiante, distribuyendo un calor uniforme por toda la nave y manteniendo constante la temperatura. En esas barricas, se lleva a cabo la fermentación maloláctica en los vinos, que envejecen con sus lías un mínimo de 12 meses. Las barricas en ese tiempo se van girando 180 grados, según criterio de la enóloga –batonage por giro–. «No nos obsesionan las grandes producciones ni las grandes cifras. Esto es una carrera de fondo», subraya Díez del Corral. De ahí que, en función de la vendimia también, produzcan unas 90.000 o 100.000 botellas al año.

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En Castillo de Cuzcurrita todo tiene sentido. «En pocos años hemos sabido armonizar todo un conjunto y ser superhonestos», finaliza Díez del Corral.

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