El diestro Diego Urdiales saluda tras la faena a su primer toro en la Feria de San Blas, en la plaza de Toros de Valdemorillo efe

El toreo perenne que no se marchita en invierno

Sábado, 5 de febrero 2022, 21:05

Valdemorillo nos transportó durante dos horas y media a la esencia de la vida perdida por la COVID-19. Sin billetes en taquilla y con el aforo al completo, Diego Urdiales ha comenzado ya temporada. Afronta un año que, si el sistema es justo, debería cimentarse en torno a su figura. Urdiales se ha ganado a pulso estar en las grandes citas. La afición le espera. Y le quiere.

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Algo frío fue el saludo a la verónica con el que recibió a su primero. Urdiales trató de sujetarlo por alto para que no perdiese las manos. Lo sacó a los medios después doblándose por bajo con la muleta, con armonía y empaque, poderoso, acompañando los muletazos con el cuerpo y exprimiéndolos al máximo. El toro obedecía, y con la muleta montada y en la mano derecha le consiguió una serie de calidad. No tuvo prisas el diestro riojano. Midió los tiempos y con la diestra le trazó otra tanda soberbia, encajando la figura, dando el pecho y manteniendo el ritmo. Por el pitón izquierdo el toro viajó algo más apagado, pero de uno en uno logró hacer que el momento fuese suyo. Cerró la obra con trincherillas, doblones y ayudados de categoría antes de irse detrás de la espada y cortar la única oreja del festejo. El invierno no ha influido en su toreo. Es de los que nunca muere ni pasa de moda. Nos reencontramos con él a pesar de la dureza del parón. El Víctor continúa una temporada más a sus órdenes. Víctor Hugo y Alberto Carrero se desmonteraron.

Sin clase se desplazó su segundo. Se venía andando a los vuelos de la muleta que Urdiales le presentaba con determinación. Le fue imposible armar una serie. Con el capote ya le presentó dudas. No pudo lucirse porque el toro embistió incierto. El trasteo lo planteó Urdiales con inteligencia, aunque quizá pecó de alargar la faena. Enterró el acero y saludó una cariñosa ovación.

  • Plaza Valdemorillo (Madrid)

  • Toros de Zacarías Moreno, manejables en su conjunto. El 1º, blandito pero obediente, muy a menos; el 2º, repetidor, con más transmisión por el derecho; el 3º, noble y con calidad, el 4º, ganó calidad cuando perdió fuelle; el 5º, sin clase; y el 6º, deslucido. Lleno de 'No hay billetes'

  • Morante de la Puebla de mostaza y oro. Estocada (saludos). Metisaca, bajonazo, estocada (vuelta al ruedo)

  • Diego Urdiales de rioja y oro. Estocada punto caída (oreja). Estocada (saludos)

  • Daniel Luque de azul petroleo y oro. Pinchazo hondo, pinchazo, estocada (saludos)

Con un ceñido galleo por chicuelinas al paso llevó Morante al caballo al primero. La faena comenzó fuerte por el pitón izquierdo, con naturales de gran armonía. Fue a menos el fuelle del animal y Morante trató de aprovechar algunas de sus inercias para trazar algún muletazo bello. Fue ovacionado. La vuelta al ruedo que no quiso dar la dibujó en el cuarto, con el que pudo lucirse en la recta final cuando el toro perdió fuelle y redujo su embestida rebrincona. Luque perdió la noción del tiempo en el tercero. Se abandonó por completo hasta que el toro se vino a menos en la recta final de la faena. Formó un lío grande con el que se disfrutó. En el sexto lo tuvo imposible. La tarde se la llevó Urdiales, que volvió fuerte.

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