Urdiales sale por la puerta grande de Colmenar Viejo tras cortar tres orejas. EFE

El toreo excelso de Urdiales a 'Finito' le abre la puerta grande en Colmenar Viejo

El riojano corta tres orejas a un encierro de Zacarías Moreno y Miguel Ángel Perera, una

Martes, 31 de agosto 2021

Extraordinario fue 'Finito', el primer toro de Zacarías Moreno que le tocó en suerte a Diego Urdiales. Como extraordinario fue el toreo con el que ... le despachó el riojano. Reunió tantas buenas cualidades que fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El toro fue repetidor, tuvo nobleza y embistió con calidad. Bellísimas fueron las series por ambos pitones, en el toreo fundamental. Por el pitón zurdo el animal tenía más viaje, la pena es que se abría algo desluciendo algunos trazos, y por el diestro tenían más continuidad las series.

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El toro mantuvo esa buena condición y Urdiales la aprovechó desde el prólogo, doblándose por bajo, hasta que metió la estocada en todo el hoyo de las agujas. Hubo momentos de abandono, en la verticalidad, a pies juntos y dando el pecho. Lo toreó con verdad al natural en esta serie que tuvo magia. Fueron macizos los naturales. Muletazo a muletazo, buscándose dentro para mostrarlo luego, con templanza, reunión y empaque. Diego saboreó la faena y el público gozó. Fue una obra que estuvo presidida por la torería que procesa cada tarde, inspirada, personal y de sello propio. Rayó la excelencia en uno de sus mejores años. Puso la tarde cara, incluso desde el recibo con el capote, con el que lo cuajó despacio, acompasando la embestidas con despaciosidad y ritmo. Cortó dos orejas en su regreso a esta plaza.

El cuarto fue un animal más exigente y complicado, tenía genio y miraba mucho. Se dobló Urdiales con él y después anduvo muy firme. Antes, fue perfectamente lidiado por El Víctor. Tenía continuidad el toro, pero había que llevarlo con precisión en el toque. No era animal para relajarse y dejarse llevar. Por el derecho lo metió y ya por el zurdo llegaron los mejores momentos al natural. El trasteo fue cogiendo intensidad a medida que avanzaba la faena y Urdiales la trabajaba, fue muy importante cada movimiento y cada forma de ejecutar la suerte. Tenía muchas teclas el toro. Lograron entenderse y hubo pasajes de toreo grande, encajados. Dos versiones diferentes de su arte en una misma tarde, la de dejarse llevar y disfrutar en el primero y la de bregar y trabajar en este segundo. Pero siempre sin renunciar a su concepto, ese al que nos agarramos ahora tanto como vía de salvación. Cortó una oreja tras un pinchazo y estocada.

Miguel Ángel Perera lidió un sobrero del mismo hierro. Trató de llevarlo, pero no tenía emoción en la embestida. El quinto fue mas encastado, pero fue a menos. Hubo pasajes buenos y cortó una oreja. Daniel Luque pasó desapercibido con un tercero sin fondo y con un áspero sexto. Urdiales se hizo dueño de la tarde y salió triunfador.

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