Nacho Díaz, Sarai Rodríguez y Benjamín Pérez tras recoger el Goya por su trabajo en 'Las leyes de la frontera'. BIEL ALINO/EFE

«La próxima vez que vaya a Calahorra llevaré el Goya para que lo vea mi familia»

Sarai Rodríguez | Maquilladora ·

La riojana ya disfruta de su galrdón, el primero, por su trabajo como maquilladora en 'Las leyes de la frontera' de Daniel Monzón

Martes, 15 de febrero 2022, 01:00

Tras dedicar la jornada del domingo a recuperarse de la fiesta y las emociones que le proporcionó su primer Goya, Sarai Rodríguez nos atendió por ... teléfono, afónica y aprovechando un parón en su apretada jornada de trabajo en el rodaje de la serie 'La Ruta'.

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Está feliz tras ver reconocida su labor en 'Las leyes de la frontera' de Daniel Monzón con uno de los grandes premios del cine español, el Goya al Mejor Maquillaje y Peluquería, compartido con Nacho Díaz (maquillador de efectos especiales) y Benjamín Pérez (peluquero). Galardón que suma a una larga y consolidada trayectoria como 'freelance' del maquillaje.

Nacida en Grávalos en 1984, sus primeros 18 años vivió en Calahorra, donde reside su familia. Tras formarse en Zaragoza y Barcelona, Sarai Rodríguez recaló en Valencia durante 17 años, para finalmente asentarse en Madrid. «Siempre digo que soy de La Rioja. Mi carácter es del norte, pero mi corazón, además de en La Rioja, está en Valencia porque aquí he vivido muchos años».

«La próxima vez que vaya a Calahorra llevaré la estatuilla para que la vea mi familia y para celebrarlo con ellos»

– Resacosa, agotada, en una nube... ¿Cómo estás en este momento?

– Resacosa no estoy, lo que no tengo es voz porque el sábado estuvimos de celebración hasta altas horas, pero estoy muy emocionada, muy contenta.

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– ¿Y cómo fue la celebración?

– Lo celebramos el mismo día, pero tenemos todavía la gala de los Premios Gaudí (el 6 marzo en Barcelona) y creo que allí lo celebraremos mucho más porque, con trece nominaciones, estaremos casi todo el equipo.

– Cuando recogiste el Goya tuviste palabras para tu familia, el equipo de la película y, sobre todo, para tu abuela María, de 93 años. ¿Has hablado ya con ella?

– Sí, claro. Está muy ilusionada, y eso es lo que más me alegra. La adoro y para mí era importante hacerle esta especie de homenaje.

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– Supongo que en tu próxima visita a Calahorra viajarás con el 'cabezón'.

– Sí, sí, la próxima vez que vaya a Calahorra lo llevaré para que lo vea mi familia y para celebrarlo con ellos.

– ¿Tienes reservado algún lugar especial para la estatuilla?

– No tengo ni idea, lo pondré por casa, en el salón supongo.

– No confiabas en lograr este premio. ¿Qué se te pasó por la mente al oír vuestros nombres y durante esos metros que separan la butaca del escenario?

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– Es una emoción tan grande y unos nervios... porque no estoy acostumbrada a hablar en público y tenía miedo a dejarme de nombrar a gente que quería. Cuando dijeron mi nombre me levanté, me emocioné y besé a Belén Rueda, que estaba junto a mí y a la que adoro.

– Lo cierto es que no se olvidó de mencionar nadie.

– No, y de hecho cuando acabamos nuestra intervención lo primero que nos dijimos fue: 'hemos dicho todo bien'.

– 'Las leyes de la frontera' ha merecido cinco Goyas: Guión Adaptado, Actor Revelación (Chechu Salgado), Dirección Artística, Diseño de Vestuario, y Maquillaje y Peluquería. Estos tres últimos están relacionados con la parte más artística, lo que habla de una película muy cuidada y bien ambientada.

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– Siempre digo que Daniel Monzón es una persona que saca la mayor creatividad de las persona que tiene a su lado. Es un director maravilloso y abierto a cualquier idea que sea buena, y eso ha hecho que los tres equipos artísticos hayamos ganado el Goya.

– ¿En que consistió tu trabajo de maquillaje con Chechu Salgado, mejor Actor Revelación?

– Chechu y yo tenemos una gran relación, y además hemos trabado una amistad. Hablábamos mucho y en su momento le dije que el papel que tiene en la película era un boleto de Lotería en sus manos, y lo aprovechó. Con Chechu nos tirábamos hora y media de procesos cada día; estudiamos su color de piel, llevaba tatuajes, unas patillas postizas que le poníamos pelo a pelo, una peluca, cicatrices, sangre... Y luego con Nacho Díaz (responsable del maquillaje efectos especiales) también le tuvimos que hacer un proceso de envejecimiento, que fue bastante complicado porque él es joven. Toda la banda de 'Las leyes de la frontera' hacen grandes papeles y Begoña Vargas (en el papel de Tere) creo que lo hace genial y me pareció un poco injusto que no ganase el Goya.

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– Con una carrera consolidada (ha trabajado en más de 25 películas y en series de televisión, teatro, ópera y publicidad), ¿qué esperas de este Goya?

– No espero nada; solo seguir trabajando y que me salgan proyectos igual de creativos y bonitos como 'Las leyes de la frontera', y poder seguir aprendiendo y evolucionando como maquilladora y como persona. A ser mejor en todos los aspectos de la vida.

– Después de 'Las leyes...' participaste en la película de Eduardo Casanova 'La Piedad', aún sin estrenar. ¿En qué estás en este preciso momento?

– Estoy en Valencia en una serie que se llama 'La Ruta', donde contamos todo el tema de 'la ruta del bakalao', un movimiento superbonito que va más allá de lo que se vio en televisión y en lo que acabó. Queremos contar que fue también un fenómeno en el que se movió mucho la música, la cultura, la estética... Estoy muy emocionada con este proyecto, y aquí estaré hasta mayo.

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– Pero antes, el 6 de marzo, están los Premios Gaudí de la Academia del Cine Catalán.

– Sí, y tendré que pensar en otro vestuario para la gala, que es toda una historia...

– En la gala de los Goya estabas deslumbrante.

– Muchas gracias. Llevé un diseño de Aníbal Laguna, y los pendientes me los hizo para la ocasión una marca valenciana que se llama Hèroine.

«Para la gala elegí un vestido de Aníbal Laguna con el que me siento muy yo; lo que no quería era sentirme disfrazada»

– ¿Por qué un Aníbal Laguna?

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– Me gustan mucho sus vestidos de fiesta y un amigo estilista me recomendó y ayudó a buscar este. Es un vestido con el que me siento muy yo; lo que no quería era sentirme disfrazada.

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