Una botica con dos siglos de historia

La ermita del Cristo de los Remedios de Briones guarda tras sus puertas un tesoro del siglo XIX: la exposición de la botica. En el último tercio de ese siglo regentó esta botica el farmacéutico Baseta, quien la fundó en la casa del mirador blanco de la plaza del pueblo.

Ismael Rabal fue su siguiente propietario quien, tras conseguir el título, tomó posesión de ella y fue nombrado farmacéutico oficial de Briones en el año 1904, hasta su fallecimiento en 1971.

«Ismael realizó una ampliación de la botica, Baseta solo tenía la mitad de lo que era. Rabal quiso redondearla y ampliarla y lo hizo imitando la parte antigua», comenzó explicando ayer el padre Ángel. «Ahora, al restaurarla, nos hemos dado cuenta de que hay dos partes: está la primitiva, que es la que peor estaba por el paso de los años; y después estaba la parte nueva, lo hecho por Ismael, que trató de hacerlo imitando el estilo antiguo que tenía la botica, intentando que no se notase la ampliación», continuó.

Tras la muerte de Ismael Rabal, la botica pasó a manos de su hija María del Carmen Rabal, quien la mantuvo durante cinco años más. «El 18 de julio de 1976 se tiene constancia de la última receta de la farmacia en la que parece que se entregó una aspirina», afirmó el párroco.

En el año 2019, a los 101 años, falleció María del Carmen y en su testamento dejó dos alternativas. La primera de ellas era la restauración de la botica en el lugar en el que estaba situada. «Estaba toda podrida, las paredes se caían, la casa era de otro propietario con la misma entrada y tenía mil problemas», recordó. La otra opción era llevarla a otro sitio donde al párroco le pareciese más conveniente. «Y pensándolo mucho decidí traerla aquí. No teníamos otro sitio mejor, ni dinero para hacerlo», afirmó. «Aprovechando la sacristía de la ermita la colocamos aquí para conservarla», indicó.

«Trasladamos la botica, la restauramos, la colocamos, la defendimos dándole seguridades y garantías de que no nos la iban a estropear y el resultado comenzó a funcionar, ya tal como la vemos, remozada y hermosa, en abril de 2021», comentó.

Desde entonces son miles los visitantes que han recorrido este espacio. En actividades como las Jornadas Medievales celebradas hace apenas un mes, la botica abrió sus puertas para todos los que quisieron contemplarla. Además, a través del número del párroco (659 712 438) y por el precio de un euro por persona, se realizan visitas para mayores de doce años.

En estos tres años, el párroco señaló que son muchos los que se han acercado a admirarla y se han interesado por su historia. «Muchos farmacéuticos vienen a Briones y no se lo pierden. Les gusta mucho, quieren recordar tiempos antiguos y muchas personas que la visitan me explican cosas que ni siquiera conocía», explicó. «Aunque se ha perdido mucho material y ya no queda tanto, es muy apreciada, la gente agradece que la conservemos», concluyó el padre Ángel.

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