Del abandono a mirar cara a cara a las estrellas
El Gobierno riojano restaura la iglesia de la aldea de Ribalmaguillo para centro de observación y apoyo a actividades ambientales
La primera ola de la despoblación hacia ciudades mayores vació la aldea de Ribalmaguillo en los años 70. También otras pertenecientes hoy al término municipal ... de Munilla, como La Monjía o el pueblo de Lasanta, a cuyo ayuntamiento pertenecía Ribalmaguillo. Ese éxodo condenó a la ruina por el paso del tiempo y el olvido a sus casas y rincones. Hoy, su iglesia de Santiago vuelve a tener vida. Se ha convertido en un centro de apoyo para la observación de estrellas y actividades de educación ambiental.
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Dentro de la Reserva de la Biosfera, apartada de núcleos mayores, sin sufrir apenas contaminación lumínica y pudiendo exhibir uno de los cielos más oscuros del país, el Gobierno de La Rioja apostó por esta zona para este nuevo uso al considerarla un escenario propicio para la observación de estrellas. Y apoyada para ello en que la zona fuera reconocida como Destino Starlight debido a la calidad de su cielo por la Fundación Starlight.
«Acabamos de terminar las obras de rehabilitación de una iglesia tardorrománica del siglo XIII que estaba condenada al abandono y al deterioro y que hubiera colapsado de no ser por la intervención del Gobierno de La Rioja», valoró ayer el consejero de Sostenibilidad y Transición Ecológica, Álex Dorado, al visitar el lugar junto al director general de Calidad Ambiental y Recursos Hídricos, Rubén Esteban, y el alcalde de Munilla, Claudio García. «Hemos intervenido para preservar este patrimonio, que también es legado de nuestros antepasados, y reconvertirlo para darle una nueva vida en interpretación de la naturaleza, educación ambiental o para observación de las estrellas, revitalizando y dinamizando esta zona al ponerla en el foco al darla a conocer a los riojanos y visitantes».
El Gobierno de La Rioja ha destinado 48.836 euros a los trabajos de restauración de la iglesia, acometidos durante los últimos cinco meses por la empresa riojana Maroba –en esa inversión se incluyen otros costes menores de dirección de obra, seguridad y salud, además de la supervisión arqueológica de la zona–.
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Ubicada en el Alto Jubera, conocida como las Alpujarras Riojanas y víctima de esa despoblación de hace cincuenta años, quien llegue al lugar por las pistas de sus laderas encuentra en este templo un refugio y un lugar donde permanecer. Con la adecuación del espacio, el Gobierno de La Rioja podrá promover actividades a su alrededor.
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