La torre de la iglesia de Murillo de Río Leza, andamiada por obras. S.C.

Comienza la obra en la torre de la iglesia de San Esteban de Murillo

La intervención, declarada de emergencia por desprendimientos, tuvo que retrasarse por que anidaron las cigüeñas

Diego Marín A.

Logroño

Lunes, 16 de agosto 2021, 02:00

Las obras de restauración de la torre de la iglesia de San Esteban Protomártir de Murillo de Río Leza comenzaron la semana pasada después de que tuvieran que retrasarse por el anidamiento de cigüeñas, lo que impedía la intervención. El equipo de Gobierno local adjudicó a la empresa burgalesa Construcción, Arte y Restauración Garsan este contrato por un importe de 43.173,88 euros (IVA incluido), cuya base de licitación había sido de 45.967,90 euros y el plazo de ejecución es de dos meses.

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Las obras, con carácter de emergencia, se realizan por encargo del párroco y en colaboración con el Consistorio murillense debido al «proceso progresivo de caída de fragmentos de piedra», detalla la memoria de la intervención, que añade que los desprendimientos han afectado «a las coberturas de teja del propio edificio, así como también puntualmente a los viales y la plaza ubicados al pie de la misma». Pero, además, existe peligro por afectar a la zona del ingreso principal a la propia iglesia. Por tanto, preocupados iglesia y Ayuntamiento por esta circunstancia, la obra que ahora se acomete supone la primera fase de un proceso global de mayor calado para el que se solicitará ayuda al Gobierno de La Rioja.

No es esta la primera intervención que se realiza sobre la iglesia de San Esteban. En 2019 ya se rehabilitó buena parte y en los años 90 se sustituyó completamente el chapitel de la torre. Finalizado en 1607, el templo cuenta con una torre posterior de 1693. Según el doctor en Historia del Arte, José Manuel Ramírez, puede establecerse un parentesco tipológico con las torres de la concatedral de La Redonda de Logroño y la catedral de Santo Domingo.

La zona presenta una «profunda erosión y degradación de buena parte de las grandes cornisas de piedra». Además, «se aprecian en la torre la existencia de otras patologías, como manchas de humedad por escorrentía, juntas descarnadas, sillares exfoliados y erosionados, todo por la acción perjudicial del agua y otros agentes atmosféricos».

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