Pasar del libro a 'tocar' la historia

Este lunes comenzó la tercera edición de los Campos Experimentales de Arqueología UNIR en La Rioja que se desarrollarán hasta el 19 de julio en los yacimientos de La Clínica (Calahorra) y del Cerro de San Miguel (Arnedo) con 15 y 9 alumnos respectivamente, de 18 a 45 años. Excavarán por las mañanas y dedicarán las tardes a conferencias, análisis de materiales y recorridos.

Además de contar con dos localizaciones, el programa presenta como novedad la asistencia de los participantes a ponencias virtuales impartidas por expertos sobre antropología forense aplicada a la arqueología, técnicas arqueométricas, otras no invasivas de prospección geofísica o la integración del patrimonio cultural en la construcción de señas de identidad comunitaria.

En la inauguración del campus en Calahorra participaron la vicerrectora de Profesorado y Acción Cultural de UNIR, Teresa Santa María; la alcaldesa, Mónica Arceiz; la concejala de Turismo y cultura, Reyes Zapata, y las arqueólogas directoras Inmaculada Delage y María Asunción Antoñanzas.

Arceiz destacó que estas campañas «suponen un extraordinario trabajo en la recuperación, promoción y conocimiento de nuestro patrimonio arqueológico. Sus hallazgos nos invitan a velar por su conservación».

«Se da una oportunidad a nuestros estudiantes y a los de otras universidades de conocer esta región y Calahorra con toda la importancia que tiene. Han venido personas incluso de Italia, Canarias, Granada, Marbella...», añadió Santa María.

Asun Antoñanzas puso sobre la mesa la importancia que supone la continuidad de las excavaciones, porque muchas veces se inician campañas y luego no siguen. «En La Clínica de Calahorra tenemos una parte de necrópolis, de enterramientos medievales y otra de restos romanos (de una casa, de un complejo termal y de una cloaca procedente de la parte alta)».

Inmaculada Delage explicó que cuentan con personas vinculadas con las Humanidades y con el máster de Gestión de Proyectos. Ayer levantaron las protecciones geotextiles y eliminaron las hierbas. Asimismo, recordó, que las intervenciones en la calle Sastres del año pasado ya finalizaron.

«Además de estudiar los textos, es recomendable tocar la historia y, a la vez, conocer más gente de tu edad y entorno académico», sonreía Haizea, estudiante de Historia en la Universidad de Málaga, sobre la motivación que le ha llevado a inscribirse en la primera ocasión en la que los Campos Experimentales de Arqueología de UNIR llegan a la ciudad del calzado.

Esta primera incursión en la historia de Arnedo da continuidad a la excavación dirigida hace ahora nueve años por el arqueólogo arnedano David Eguizábal para descubrir la primera necrópolis de la ciudad. De hecho, los trabajos comenzaban ayer a unos 50 metros de ese punto. «Buscamos conocer más y aunar lo que sabemos de la necrópolis del cerro del Calvario –explicó David Farell, que dirige junto a José Manuel Martínez Torrecilla este campo convivencial–. Queremos aportar nuevas tumbas que afinen la cronología del cementerio, tanto localizar más cuerpos para estudiar mejor la antropología física de la época como materiales para estudiar su ámbito cultural».

Así, esta campaña quiere ser una pieza más para completar el conocimiento de buena parte de la historia más desconocida de Arnedo desde una zona que enlaza la antigua iglesia de San Miguel, el complejo de las Cuevas de los Cien Pilares, la necrópolis y el propio cerro de San Miguel, donde hay restos de viviendas celtíberas. «Es un lujo y una oportunidad tener este campo de trabajo para estudiar lo mucho que esconden los suelos de Arnedo», agradeció ayer el concejal de Turismo, Raúl Domínguez.

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