Un túnel en Albelda de Iregua a través de la historial local
El artista Chavolar pinta el acceso a la plaza Mayor con más de 50 viñetas que reflejan los elementos más emblemáticos de la localidad
De la calle Santa Isabel a la plaza Mayor de Albelda de Iregua existe un túnel que une el casco antiguo con la parte nueva de la localidad. También es el acceso al Casino Albeldense. Durante años ha sido solo un pasillo, pero ahora también es un lugar que cuenta la historia del municipio. El equipo de Gobierno de Albelda ha encargado al grafitero riojano Rubén Ruiz 'Chavolar' la elaboración de un mural que, en total, ha cubierto 300 metros cuadrados.
«El 95% de los vecinos que van a la plaza a tomar un café pasan por el túnel y, aunque blanco estaba bien, nos apeteció contar la historia de Albelda en un formato de cómic», explica Sergio Ochagavía, alcalde de Albelda. Así, mediante diferentes escenas, Chavolar ha plasmado los elementos más singulares y emblemáticos del municipio, desde el Códice Albeldense, pasando por el cultivo de frutas como peras, higos y cerezas, hasta el robo de las campanas de la ermita de San Marcos, así como la afición ciclista que existe en el pueblo, donde nació el medallista olímpico Carlos Coloma.
«Hemos intentado reflejar lo más representativo, hasta la antigua sardinera, porque fue lo que permitió a muchas mujeres de Albelda que hoy tengan pensión de jubiladas», señala Sergio Ochagavía. Y es que un armador del puerto de San Sebastián que veraneaba asiduamente en Albelda montó una sardinera allí al considerar que la producción era más barata y eso propició que muchas mujeres del pueblo tuvieran trabajo durante muchos años.
Desde el equipo de Gobierno local barajaron varias opciones, pero apostaron por el trabajo de Chavolar, que ha realizado en el túnel albeldense su mayor mural. Durante casi dos meses ha estado el artista urbano logroñés dando color al túnel. «Está gustando bastante porque ahora tiene otra vidilla, le hemos dado un atractivo más. Todos los años le dábamos una mano de pintura, porque las paredes acababan muy manoseadas», advierte Ochagavía. Para el propio Chavolar ha sido el proyecto más grande que ha realizado, y ha dividido la historia en nueve capítulos y más de 50 viñetas.
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