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Los usuarios del centro tomaron la palabra y voz para poner un colofón musical a las Jornadas junto a miembros de la Branch Blues Band. E. P.

Alfaro

«Háblame normal... que soy una persona normal»

Los usuarios del centro para el alzhéimer de Alfaro comparten su testimonio sobre cómo ven el mundo, la enfermedad y la sociedad

Sábado, 20 de septiembre 2025, 09:49

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Háblame normal... que soy normal». Es una de las lecciones que varios de los usuarios del centro de atención temprana y autonomía personal han dejado en las XXV Jornadas Alzheimer y familia, organizadas esta semana por la Asociación para la Demencia de Alzheimer de Alfaro (ADA-Alfaro), un ciclo que les ha dado voz y escucha. En la apertura dijo su presidenta, Matilde García, que debemos cambiar la mirada que tenemos hacia el enfermo y darle voz. Lo hizo la segunda de las conferencias, en una mesa de diálogo en la que un grupo de usuarios dejaron su testimonio en vídeo que comentaron varios expertos desde el objetivo de ADA-Alfaro de acompañar y trabajar para que mantengan sus capacidades el mayor tiempo posible.

Desde la singularidad de cada uno, subrayaron que les gusta llamar a las cosas por su nombre, alejando cualquier estigma social. «Tengo alzhéimer. Y ya está. No es motivo para esconderse. Me costó asimilarlo pero, ahora que lo he hecho, estoy tranquila. Ves lo que tienes y lo aceptas. Siento que puedo estar. Tengo que ir despacito, pues voy despacito», afirmó una usuaria desde el trabajo de estimulación cognitiva y funcional que realizan en el centro. «Parece que da vergüenza decirlo, pero cuanto antes lo sepas, antes vas a trabajar. Te duele en el alma, pero hay que pelear. Y hay que vivir y disfrutar», le apoyó una compañera. «Los cuidadores también tenemos que asumir y asimilar para ser un equipo», reforzó García.

Partiendo de la necesidad de un diagnóstico temprano, la mesa subrayó la importancia de que la familia y el médico de Atención Primaria detecten pronto los síntomas y los deriven a Neurología para poder trabajar. «Me preocupaba dar guerra... a mi marido, a mis hijos que tienen su trabajo. Como ya estaba en clases de memoria de forma preventiva, empecé a ir al centro... y entré como si estuviera en casa. Siento que estoy donde me van a ayudar», valoró otra usuaria. «Notaba que mi memoria iba fallando, no estaba bien y no quiero ir a peor. Aunque mi familia se sorprendió, opté por ir al centro», comentó otra compañera. «Al principio venía acobardada, pero he hecho amistad con mucha gente», sonrió una usuaria. «Yo era reacia, porque decía que no estoy mal de la cabeza... Pero fue probar y quedarme. Soy feliz», asintió otra compañera veterana. «Es normal ese temor, porque la mayoría ignoramos cómo es este servicio. No es un centro de día, es un servicio de promoción de la autonomía en el que realizamos un trabajo individualizado, dedicando el tiempo necesario desde un trabajo exhaustivo con la familia», explicó Arancha Sola, directora del centro de ADA-Alfaro.

La jornada dejó reflexiones y recomendaciones como escuchar al enfermo, dejar que tome decisiones y acciones y disfrutar el tiempo con él. «El centro nos aporta seguridad y satisfacción por ver lo que podemos hacer», describió un usuario en el balance de meses de trabajo. «Tengo otra ilusión desde que voy a clase. Soy consciente y soy feliz. Las cosas que hacía no se me han olvidado», sonrió la veterana. «Que no tengan miedo: aunque es duro, que lo asimilen, que vengan cuanto antes que van a estar felices y les va a hacer mucho bien», subrayó otra compañera.

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