Una espectacular estocada aúpa a Juan Leal a la puerta grande de la plaza de Alfaro
El público estuvo especialmente cariñoso con la terna. El francés Juan Leal cortó dos orejas; Curro Díaz, una; y Román se fue de vacío tras emborronar con la espada sendas actuaciones
Resulta paradójico que en una misma plaza y en la misma feria se registre mayor entrada en una novillada que en una corrida de toros. ... Eso sucedió este viernes en Alfaro donde se recogieron los frutos del dislate de pliego que deja en evidencia una más que mejorable gestión. Con todo, la empresa Torofusión, que fue la quinta en la tabla de baremación, reseñó un muy bien presentado encierro de Toros del Ojailén que fue aplaudido de salida de principio a fin.
Publicidad
Saltó al ruedo el primero, un ejemplar imponente con leña por delante. Tras los lances de recibo, Curro Diaz se gustó en tres verónicas de mano baja rematadas con una media. Después de un excesivo castigo en varas, el animal dictó que la faena había de ser a media altura. El linarense buscó el acople aunque faltó transmisión. El burel tuvo buen aire y acabó rompiendo en una serie por la izquierda. Dejó una estocada casi entera algo tendida que resultó efectiva. Paseó una oreja.
La ficha
-
Plaza de toros de Alfaro. Segundo festejo de la feria de la Virgen y San Roque, con algo menos de un tercio de entrada.
-
Toros, de Ojailén, muy bien presentados y aplaudidos todos de salida.
-
Curro Díaz, de azul marino y oro; oreja y saludos
-
Juan Leal, de verde musgo y oro, dos orejas y vuelta al ruedo.
-
Román, de verde hoja seca y oro, silencio y silencio.
El segundo de la tarde no llegó a entregarse en el frío saludo capotero de Juan Leal que, como era de esperar; comenzó la faena con cambiados por la espalda. Buscó el sitio, la altura y logró muletazos que calaron en el tendido. Se fue detrás del tapabocas con todo el cuerpo muy de verdad, volando tras él y enterró el acero arriba. El espadazo fue fulminante y le valió dos apéndices.
Casi en los medios atemperó Román la embestida del tercero. Destacó la buena lidia de Raúl Martí. El coletudo valenciano esperó a un astado que tuvo mucha fijeza. Al natural pasó al pitón contrario, expuso y sufrió algún apuro debido al viento. Hubo un par de naturales de mano baja especialmente jaleados por el graderío. Remató por manoletinas, el público estaba con él, pero el acero le hizo guardia en un par ocasiones.
Publicidad
El saludo al toro de la merienda fue un visto y no visto, duró más el encuentro con el peto con el que se enceló el astado. Con la pañosa Díaz rubricó muletazos marca de la casa con los hombros caídos y cierto aire de abandono. El de Ojailén se aburrió cuando ya estaba todo hecho así que el diestro tomó el mandoble que quedó bajo.
Leal cuidó mucho en el caballo al que fue quinto. Tampoco sorprendió el inicio de faena, en esta ocasión de rodillas. El galo dio sitio al inicio de cada serie par acabar metido entre los pitones: su zona de confort. Se echó de menos que se cruzara de verdad y buscar el toreo. Falló a espadas.
Publicidad
Salió con pies el que cerraba el festejo y desarrolló buen tranco en banderillas, fue pronto y tuvo fijeza. Román le dio tiempo entre cada muletazo logrando lo más destacado sobre la zurda. Se le hizo bola la suerte suprema y escuchó un aviso.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión