Alfaro

La Concepción avanza hacia su nueva utilidad

Dos años después de comenzar los trabajos, la primera planta y el claustro del convento de la Concepción parecen otros. Blancos, llenos de luz, de espacios, están dispuestos para entrar en uso. Y para que los alfareños los conozcan y se reencuentren con ellos en unas próximas jornadas de puertas abiertas.

Es el resultado de casi 2 millones de euros de inversión: una primera adjudicación por 1.393.888 euros con aportación de 950.000 euros del Gobierno de España a través del 1,5% Cultural y otra extraordinaria de 459.800 euros que puso el Ayuntamiento para atender las humedades que ponían en riesgo tanto esa primera planta como la sujeción del resto del edificio. «Tal y como estaba comprometido, el 11 de julio el Ayuntamiento ya había remitido el pago por la certificación de obra número 23 y final al Ministerio y toda la documentación para recibir la obra», relata la alcaldesa alfareña, Yolanda Preciado.

Lo primero que llama la atención es la limpieza de la entrada, que hace resaltar su pórtico del siglo XVI. Cruzado el umbral, la transformación es absoluta. Una estructura de carpintería metálica da acceso a la recepción, también con acceso para garantizar toda la movilidad. Arriba, a la izquierda, queda la recepción del edificio y un espacio donde, con la disponibilidad de varios despachos, el grupo de gobierno estudia ubicar distintas dependencias municipales del área de Cultura.

Desde ahí se abre el pasillo perimetral alrededor del claustro. Bajo sus baldosas, lo que no se ve, el tratamiento de planchas para frenar la amenaza de la humedad, base de esa última aportación municipal de urgencia por casi medio millón de euros.

A lo largo del pasillo, salas de calderas, baños adaptados... Y una gran cristalera que se funde con el patio del claustro. Una puerta corredera da paso a un claustro en el que tendrán cabida todo tipo de actividades culturales.

Atravesado el pasillo, en lo que eran cocinas y comedor, se ubica el espacio para trasladar la biblioteca. «Se utilizará tanto estas dependencias como el pasillo para sala de estudio y de lectura», señala la edil de Cultura, Leyre Marcilla. «Los trabajos han fortalecido y pintado las vigas de madera, han mantenido las puertas originales...», guía el concejal de Urbanismo, José Luis Segura, que destaca la participación de empresas alfareñas de distintos gremios. Con ese sentido, en lo que era el antiguo velatorio, queda un arco que delata cómo era la antigua fachada del convento. Junto a esa sala, una cafetería. Pasillo adelante se presenta la zona para la sala etnográfica, dispuesta con vitrinas, focos en el techo, rieles, etc., para acoger diversas exposiciones.

«Tiene que tener vida ya», insiste la alcaldesa. Y el grupo de gobierno ya busca la forma de compaginar ese uso de la primera planta con las obras que fortalecerán la segunda y la cubierta en una nueva fase con la ayuda recibida de 3 millones del Ministerio desde fondos europeos.