Alfaro regresa a la normalidad

Después de una semana mágica, Alfaro comienza desde hoy a regresar a la normalidad. Una feliz normalidad de un agosto todavía vacacional para muchos y con el recuerdo de la felicidad vivida durante los últimos días. Es el sabor que les queda después de despedir ayer sus fiestas patronales por San Roque y San Ezequiel.

Normalidad... La normalidad con la que se han vivido estos días tan especiales y esperados. Una normalidad que pocos podían haber imaginado en febrero o marzo, cuando el azote de la sexta ola mantenía mascarillas. Pero la normalidad ha relevado a la pandemia y a su recuerdo, regresando a alfareños y visitantes a la alegría que conocían y abanderaban antes de su impacto.

La última jornada, la del 20, es la bautizada en la localidad como día de huelga. Un paréntesis, una tregua para poner al día y en orden las muchas cosas de casa abandonadas durante los últimos días en pos del disfrute. Pero, al coincidir estas fiestas sin noche de sábado con fin de semana, el programa de fiestas invitó a apurar las fuerzas y llamó a compartir más actividades de las habituales de la despedida de las fiestas. Y alfareños y visitantes tenían ganas de más calle y más brindis, como se demostró en un masivo vermú de mediodía.

Como novedad, y trasladándolo desde el fin de semana de la Juventud, el programa propuso a las cuadrillas compartir mesa en el concurso de calderillos que acogió el polideportivo municipal La Molineta. Once al fuego, la ganadora fue El Apagón, seguido de La Chispa y de Con Faldas y a lo Loco.

A media tarde, el recorrido del encierro volvió a llenarse de público y corredores. El encierro de toros, con tres pasadas de los astados, volvió a ser un punto de encuentro y emoción con cientos de personas. Y con un susto al empotrar un toro a un corredor contra el vallado. Después, los mayores disfrutaron de un concierto de mariachis en la plaza de España y los jóvenes de una carrera de sacos en la calle del Burgo con la cuadrilla El Grado.

Aunque sin fiestas ya, era noche de sábado. Y muchos jóvenes llegaron de otras ciudades a mantener el ambiente festivo. Después del cierre de esta edición, a medianoche, y sin traca debido a las medidas para prevenir incendios, el Entierro de la Cuba cerraría las fiestas. Comenzaba de nuevo una cuenta atrás que se espera sea más corta. De un año.

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