Víctor Comas en su puesto de productos de temporada de la huerta, en el mercadillo de la Plaza del Raso de Calahorra, ayudado por Rita Sota. SANDA

Los productos de la huerta calagurritana desaparecen del mercadillo semanal

La Plaza del Raso de Calahorra, antaño repleta de puestos de venta de agricultores locales, en verano apenas tiene seis y ahora, la mitad

Sanda Sainz

Calahorra

Jueves, 2 de enero 2025, 08:02

El calagurritano Víctor Comas Antoñanzas se ha dedicado a la agricultura toda su vida y acude la mercadillo de los jueves de Calahorra desde ... hace cuarenta años. Ha vivido en primera persona la evolución de este mercado semanal en el que prácticamente han desaparecido los vendedores de la huerta local.

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En verano salen como mucho cinco o seis. El pasado jueves solo acudieron tres y uno se marchó pronto. Hablamos de productores del municipio, no de vendedores ambulantes que acuden a diferentes pueblos. «Ahora lo que más se vende es la alcachofa. También bastantes coliflores y algo de brócoli, lechuga (que cultiva en invernadero) y puerro. Antes era el cardo lo principal. Ahora también se vende, pero menos, porque los jóvenes no saben limpiarlo, lleva más trabajo que otros productos», comenta Víctor.

«El hielo destroza la alcachofa y antes en estas fechas no solíamos tener, pero como los inviernos son menos crudos, suele haber algo más», añade.

Otro producto de temporada en su puesto del mercadillo calagurritano es el ajo fresco. De fruta ofrece pera y manzana. Y también vende bastante borraja.

Los vendedores tradicionales envejecen, desaparecen así como los compradores. Apenas hay relevo generacional en la clientela y el mayor incremento se nota con los extranjeros (latinos y marroquíes sobre todo). Y respecto a los vendedores de la huerta calagurritana, cuando se jubilan no tienen sustitutos.

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A Víctor Comas le acompañaba su mujer, pero por enfermedad ahora no puede acudir a la Plaza del Raso y le ayuda una amiga de esta, Rita Sota.

Buena parte de sus productos los coge de sus parcelas la misma mañana del mercadillo. Más frescos, imposible. El puesto lo abre a las ocho. Cuando está instalado, este agricultor se marcha al campo a recoger más verduras y hortalizas. Eso si no hay hielo que lo impida.

En verano hace cada vez más calor y se estropean cultivos como la alubia, pochas y lo que venía en pleno agosto tiene problemas

Asegura que en verano hace cada vez más calor y se estropean cultivos como la alubia, pochas y lo que venía en pleno agosto tiene problemas. De la que pone más tarde (como la alubia verde) ha cogido buena cantidad.

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Respecto a los cultivos de invierno indica que «ha habido problemas con la mota en la coliflor, una manchita negra que sale por el exceso de humedad y lo mismo con el brócoli. Esto ocurre porque apenas hubo viento y por eso cuando llovía no se iba la humedad». «Cuando no estamos con la sequía, cuando llueve, y eso que no ha sido demasiado, no secaba el agua», lamenta.

Víctor, que tiene 68 años y media jubilación, por lo que todavía está en activo, recuerda que no solo ha cambiado el mercadillo semanal, sino que antaño se salía al Raso a vender los cultivos cada mañana todos los días del año. Eso ha desaparecido y apenas queda quien lo hace en la puerta de su casa o bajera. Los hábitos de consumo cambian y hay muy pocos agricultores locales. «Se incorpora al campo algún extranjero», señala Comas.

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